EL PAíS › KIRCHNER DIJO CONTRA QUIEN PELEA Y
DEPLORO LA JUDICIALIZACION DE LA PUJA POLITICA

“Hay sectores que quieren otro país”

El Presidente dijo que estos movimientos no son un complot, pero que hay sectores que pretenden mantener un modelo de país de exclusión y que quiere poner la lupa sobre ellos. Criticó al fiscal Stornelli. Asaltaron y atacaron a un funcionario del Gobierno.

 Por Diego Schurman

Néstor Kirchner profundizó ayer sus ataques a los grupos económicos beneficiados en la década de los 90. Y aseguró que lo suyo no es más que una cruzada política para poner al descubierto las viejas prácticas del menemismo. Por eso se encrespó con el fiscal federal Carlos Stornelli, quien judicializó lo que a primera vista aparece como un puja de poder. “Esto no es complot ni una conspiración –le recordó– lo que digo es que hay sectores que quieren otro país y mi obligación es decírselo a los ciudadanos”, aseguró.
Esta vez Kirchner evitó las generalidades. Y le puso nombre y apellido a su bronca. Habló de la consultora FIEL, una reconocida usina de la derecha económica por donde pasó Ricardo López Murphy y cuyos principales referentes son Daniel Artana, Manuel Solanet y José Luis Bour. También coló allí al ultraliberal Jorge Avila, del ortodoxo CEMA.
“Yo digo que son sectores desplazados, representantes de la década del 90, defensores del endeudamiento argentino y de la convertibilidad. FIEL fue a Nueva York después que nosotros a expresar posiciones totalmente diferentes y tratar de quitarnos posibilidades de gobernar”, arengó el Presidente desde Santa Cruz, tras llevar 370 millones de pesos para los yacimientos de Río Turbio.
Las acusaciones sorprendieron a los integrantes de la consultora, que si bien reconocen diferencias con la actual gestión, se ven lejos de una conjura contra la Casa Rosada. Por eso ayer, según pudo saber Página/12, buscaron tomar contacto de manera informal para enfriar el tema.
Muchos empresarios le habían quitado crédito a las críticas que Luis D’Elía le había dedicado el jueves a FIEL. Ayer comprobaron que el titular de la Federación de Tierra y Vivienda no es un desbocado y que raramente se expresa en esos términos sin el guiño de Kirchner.
En la Casa Rosada hace tiempo que ubican a los miembros de FIEL como fogoneros de una “campaña de desestabilización”. El encuadramiento no es ocioso: para el Gobierno el complot o la conspiración convocan a la Justicia a una acción de oficio. La idea de que un sector trabaje para hacer “inviable” el ejercicio de gobierno, como replantearon ayer, lo imagina, en cambio, dentro de la disputa política entre distintos factores del poder.
Por eso Kirchner está convencido de que la causa iniciada por Stornelli, judicializando la pulseada política, no hace más que ser funcional a los intereses contra los que se está enfrentando. Y así lo expresó. “Que no le meta miedo a la gente haciendo denuncias que no existen. El ha trabajado políticamente con Macri, quien como López Murphy quiere el país que nos agobió en los ’90. Pero Stornelli tendría que tener un poquito de ética y de recato y no participar en este tipo de cosas.”
El año pasado Macri tentó a Stornelli para incursionar en la pelea porteña. Y el último fin de semana el juez federal le confirmó a Página/12 que aspira a suceder al titular de Compromiso para el Cambio en la presidencia de Boca. Lejos de una disputa entre ellos la movida aparece como un acuerdo para facilitarle a Macri su objetivo político de buscar apoderarse de un cargo político importante.
Claro que la bronca oficial contra Stornelli se traspola hacia la mayoría de los fiscales y jueces federales, a quienes acusa de presentar una resistencia “corporativa” a los cambios planteados por el Gobierno. Ayer el blanco privilegiado de las críticas fue Juan José Galeano, a cargo de la causa por el supuesto “complot” contra Kirchner.
La bandera la tomó el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien cuestionó duramente a Galeano por la manera en que manejó las investigaciones por el atentado a la AMIA. Esa causa ya no está en su poder por las irregularidades cometidas durante el proceso.
Se hable de política o de justicia, Kirchner suele marcar diferencias entre lo nuevo y lo viejo. Por eso se mostró convencido de que el incendio que el domingo se produjo en la estación de trenes de Constitución es propio de las “viejas prácticas” de los poderosos para mantener su poder y que apunta a divorciar al Gobierno de la gente.
Un peritaje de Bomberos demostró que el incendio fue intencional. El concesionario de la empresa de trenes es Sergio Taselli y su apellido volvió a escucharse ayer en el aeropuerto de Río Gallegos. “Nosotros ya lo sacamos de la mina”, dijo Kirchner tras el último sorbo de un café bien caliente. Se refería a Alberto Taselli, hermano de Sergio y actualmente enfrentado con él, quien desmanteló los Yacimientos Carboníferos Fiscales. Fue el prólogo para retomar sus críticas a los concesionarios de trenes.
“Ustedes lo verán en los próximos días, no me va a temblar la decisión y el coraje para terminar con aquellos sinvergüenzas que están explotando equivocadamente lo servicios públicos”, lanzó enigmático.
En ese sentido, en el Gobierno dieron por cierto que producto de esta cruzada política contra “la vieja Argentina”, se producen hechos delictivos, cuasi mafiosos. Y pusieron también como ejemplo el llamativo robo sufrido ayer por José “Pepe” Salvini, un histórico político santacruceño que solía acompañar a sol y sombra al Presidente y que hoy ejerce como asesor de la Jefatura de Gabinete (ver página 2).
Como Kirchner, Salvini está convencido de que los grupos económicos “están al acecho para volver cuando puedan”.

Informe desde Santa Cruz: Alfredo Ves Losada.

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Kirchner viajó ayer a Río Turbio, desde donde disparó contra los “sectores desplazados, representantes de la década del 90”.
 
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