EL PAíS › SI LA GRIPE LO PERMITE, HOY SOLA VOLVERA A LA ROSADA
Crear una nueva convivencia
Por Martín Piqué
En reposo por una gripe poco dócil, el gobernador bonaerense Felipe Solá se comunicó varias veces con la Casa de Gobierno. Pasadas las nueve de la noche, llamó a Néstor Kirchner para informarle que había aparecido con vida el secuestrado Cristian Ramaro. En la misma charla, le anticipó a Kirchner que aceptaba su invitación para el viaje presidencial a China. Un rato antes había hablado con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para seguir el debate de la coparticipación y las deudas con la provincia. Acordaron que si la salud se los permite –los dos están engripados–, hoy se encontrarán en la Rosada para tratar el tema. En los últimos días las dos partes han comenzado a acercar posiciones. “Con Felipe convinimos bien”, aseguró ayer Fernández en diálogo con Página/12.
Aunque Solá estuvo encerrado en su despacho de la Gobernación –según uno de sus ministros, pasó todo el día en cama– aprovechó el día para hacer llamados. Varias veces se comunicó con el jefe de Gabinete para seguir discutiendo la coparticipación y las deudas con Buenos Aires. Ese encuentro había sido anunciado el viernes último, pero tuvo que postergarse durante dos días consecutivos. Que la reunión se concrete hoy depende de la salud del gobernador: mientras el jefe de Gabinete cumplió con sus funciones habituales, el bonaerense faltó a un acto oficial con los intendentes del norte y oeste del conurbano en Hurlingham.
Para preparar el terreno de la conversación entre Solá y Fernández, ayer hubo una discusión técnica entre el vicejefe de Gabinete, Juan Carlos Pezoa, y el ministro de Economía bonaerense, Gerardo Otero. Pezoa, un experto en cualquier debate sobre coparticipación, analizó con Otero la deuda de 470 millones que la provincia le reclama a la Nación. Ese monto corresponde a un subsidio para el sistema previsional bonaerense –que está previsto en el Presupuesto 2004 de la provincia– y a una transferencia de fondos por institutos educativos terciarios. Cerca de Solá se preparan con moderado optimismo para la negociación.
En La Plata creen que los últimos gestos del Gobierno –la invitación al viaje presidencial a China, la inminente reunión con Fernández– favorecerán el acercamiento de posiciones. “En Gobierno vieron que había buena predisposición de parte nuestra”, dijeron en La Plata. De hecho, un miembro del Gabinete nacional aseguró que la reunión con Solá del último viernes “no fue tan dura” como había trascendido. El hallazgo con vida del joven secuestrado –que preocupaba a ambos gobiernos– y la aparición en el Congreso de Eduardo Duhalde contribuyeron a una mayor distensión.
Mientras la negociación con Kir-chner parecía encarrilarse, las preocupaciones de Solá pasaban por su relación con los gremios estatales y con los intendentes del conurbano. Una muestra se vivió en Hurlingham, donde el ministro de Justicia y el jefe de gabinete bonaerense se reunieron con varios jefes comunales. Allí quedó claro que los caciques están inquietos por los problemas entre Kirchner y Duhalde: “Les preocupa que la tensión los obligue a tomar partido por uno de ellos”, dijeron.