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Es clara la ofensiva de las transnacionales y el poder económico por la apertura. Así se expresa en el programa liberalizador de la OMC y el FMI, y es la política del G-7, pretendido gobierno global. Los gobiernos locales, con pocas excepciones, se han subordinado a esa estrategia apoyada en un sentido común instalado desde las usinas ideológicas del “pensamiento único”. Es cierto que se aplicaron medidas proteccionistas demandadas por los monopolios, que converge con la lógica del librecambio sugerida por los países imperialistas, mientras ellos protegen su producción. Por eso el debate entre librecambio o proteccionismo puede ser falso, en tanto se defienden los intereses dominantes.
Es evidente el efecto regresivo en materia de pobreza y desempleo luego de años de apertura comercial y financiera irrestricta. La inundación de productos externos devino en cierres y achiques de producción local. La libre circulación de capitales elevó las reservas con ingresos de inversiones y préstamos que financiaron privatizaciones, extranjerización de la economía, fuga de capitales y elevada deuda pública. Pareciera que no ha sido suficiente argumento para cambiar la política económica el crecimiento de la desigualdad y de la brecha de ingresos y riqueza entre los de arriba y los de abajo. Es que los gobiernos insisten con la receta de la apertura y protecciones sesgadas pese a las movilizaciones populares y los reclamos de cambios en la región. Se pone de manifiesto en años de negociaciones secretas por el ALCA y con la Unión Europea, parcialmente sacadas a luz por la presión de movimientos que instalaron iniciativas políticas para integrar a la población al debate. En Argentina son las jornadas de consulta popular con urnas en el 2003 y ahora con la junta de firmas reclamando que se consulte sobre los tratados de librecambio con Europa y por el ALCA; la deuda externa; la militarización y la pobreza. Como ayer, el pueblo quiere saber de que se trata, al tiempo que construye otra política para un proyecto soberano de integración.

* Economista.