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La madre de quien era el principal sospechoso por la desaparición de Fernanda Aguirre aseguró que un nieto suyo de 15 años –testigo clave en el caso– “se quebró” y con lágrimas en los ojos le relató que había acusado a su tío por el secuestro de la chica “porque la policía le pagó para que lo hiciera”. Ayer, un grupo de mujeres se concentró frente al destacamento policial para “cortar en pedacitos el cuerpo” de Miguel Angel Lencina, a quien acusaron de secuestrar a la joven. Por la tarde, un grupo de padres de víctimas de la inseguridad viajaron desde Buenos Aires a San Benito para dar su apoyo a la familia de Fernanda y participaron de una marcha del silencio en la que pidieron por la pronta aparición de la chica. Mientras, las autoridades ordenaron más operativos de rastrillaje en la zona y en cercanías a prostíbulos de Santa Fe.
La madre de Fernanda, María Inés Cabrol, rogó anoche a los secuestradores de su hija que se la devuelvan pronto y aseguró: “Que nos digan qué hay que hacer y lo haremos”. “Si quieren más dinero, se lo daremos –clamó la mujer–, de algún lado lo vamos a conseguir, pero que nos la devuelvan”. Al ser consultada sobre la muerte del principal sospechoso del secuestro de Fernanda, Miguel Angel Lencina, se limitó a indicar que “fue una sorpresa” la noticia de su muerte, y dijo que “no esperábamos que tomara esa decisión”.
La muerte de Lencina “perjudica gravemente la investigación” de la desaparición de Fernanda, señaló el letrado de la familia Julio Federik. Ahora, otra hipótesis es que Fernanda haya sido secuestrada y entregada para prostituirla, lo que permite “mantener las esperanzas” de encontrarla con vida, aseguró el abogado.
Ayer, la policía realizó un rastrillaje en una ladrillera cercana a San Benito. En tanto, la Escuela Canina de Catástrofes, que colaboraba con cuatro perros en la búsqueda de Fernanda Aguirre, abandonó ayer su tarea porque no le permitieron rastrillar un lugar en el que esperaban hallar importantes indicios sobre el paradero de la adolescente.
Según fuentes de la investigación, personal de la Policía Federal no habría permitido al director de la asociación, Juan Carlos Lombardi, llevar adelante un rastrillaje en un lugar cercano a la casa de los Lencina, “donde los perros encontraron una bolsa de plástico con unas tiras de tela con sangre”.
El especialista en rastreos aseguró que los cuatro perros que llevó desde Buenos Aires hasta San Benito, y que participaron de diferentes operativos de rastrillaje, se retiraron ayer de la búsqueda. Esta organización trabajó hace diez años en el caso AMIA y el año pasado en la búsqueda de Yésica “Marela” Martínez, la nena asesinada en la denominada “casa del horror” de Avellaneda.
El secretario de Justicia entrerriano, José Carlos Halle, confirmó ayer que “el fiscal federal ha ordenado un rastrillaje importante” en San Benito para continuar con la búsqueda de Fernanda Aguirre, cuya desaparición ya lleva trece días. “La investigación está centrada en encontrar a Fernanda, por eso se han tomado todas las medidas y seguido todas las hipótesis, incluso aquellas que sonaran descabelladas”, afirmó el funcionario.
Además, reconoció que el principal sospechoso del caso, Miguel Lencina, encontrado sin vida ayer en su celda, “había negado su responsabilidad” ante el fiscal. “No obstante eso, existen fuertes sospechas teniendo en cuenta los innumerables testimonios, incluso de su sobrino, de haber participado en el secuestro de Fernanda”, advirtió Halle.
El presunto suicidio de Lencina conmocionó al pueblo. Tanto que un grupo de mujeres se presentó ayer frente a la seccional 5ª de Paraná, donde apareció ahorcado el principal sospechoso de la desaparición de Fernanda. “Estamos muy enojadas porque queremos ingresar a la comisaría para cortar en pedacitos el cuerpo de ese criminal y la policía no nos deja”, gritó una de las integrantes, al tiempo que otra agregó: “Queremos ver el cuerpo de ese criminal y asegurarnos de que está muerto”. Anoche, una nueva marcha para exigir la pronta aparición con vida de Fernanda Aguirre recorrió las calles del pueblo.