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“Gracias a Dios nos damos cuenta de que la gente tiene derecho a circular por la calle con tranquilidad y que éstos son delitos que tienen que tener penalizaciones”, fue una de las definiciones que Hilda “Chiche” Duhalde entregó ayer en su paso por varios medios de comunicación. Para la bonaerense, el Gobierno comprendió la importancia del derecho a transitar y que por suerte “tomó las riendas” en el tema. Aclaró que no se trataba de reprimir sino “de poner orden en el asunto”.
“El Gobierno comprendió que tiene que trabajar y que no hace falta salir tanto en los medios”, fue otro de los latiguillos de Chiche. En contraste con el bajo perfil gubernamental y también con sus abundantes silencios en el recinto de la Cámara baja, la diputada por Buenos Aires descartó que el cambio de actitud se corresponda “con un cambio en la postura política del presidente Néstor Kirchner”.
El fin de semana, Chiche Duhalde recordó los diez años del lanzamiento de Las Manzaneras. Iniciativa que dio su impronta a la gobernación de su marido. Para justificar esta movida, en una entrevista radial, aseguró que “en el ‘94 ella y su marido se anticiparon a la crisis”, y por ello pusieron su energía en ese plan asistencial. “Las Manzaneras soportaron el peso de la crisis (del 2001)”, subrayó.
Además de reivindicar a las Manzaneras, Chiche aseguró que el proyecto del Presidente cuenta con el acompañamiento de “la mayoría de los que quieren que le vaya bien. Entre ellos hay transversales que lo seguirán acompañando”, dijo, para también destacar que “el justicialismo lo va a seguir acompañando”.
Duhalde, es decir, su esposa, también aprovechó su raid mediático para criticar al ex presidente Raúl Alfonsín por sus declaraciones sobre un eventual golpe de Estado contra el gobierno de Kirchner motorizado por el neoliberalismo.
Para la bonaerense, los dichos de Alfonsín reproducen los “escalofríos” del 2001. “Cada vez que nos acordamos de esa etapa nos vienen escalofríos –confesó–. Fueron momentos muy difíciles. Todos los pronósticos se podían dar, uno sentía que iba por el camino indicado pero era muy difícil demostrarlo. Por suerte quienes pronosticaban un dólar alto se equivocaron, pero no de mala fe”, subrayó.