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El intruso que ingresó el domingo a la madrugada a la quinta presidencial de Olivos sigue desvelando al Gobierno. Y aunque los funcionarios se han impuesto un cerrado silencio sobre el tema, todo indica que aún se está lejos de detectar a un sospechoso. Aun así, el jefe de la Policía Federal, comisario general Néstor Valleca, aseguró ayer que existen “indicios” de quién podría ser la persona por estas horas más buscada del país, aunque reconoció que eso no quiere decir que haya alguna “certeza”.
Valleca descartó además una hipótesis que había tomado fuerza en las últimas horas y que consignaba que el intruso había contado con apoyo de otras personas desde las calles laterales para acceder a la quinta presidencial. “Por la forma en que ingresó no tuvo ningún apoyo, al menos externo”, señaló.
En el Gobierno especulan que el intruso pudo haberse valido de “alguna rama” para saltar el murallón de algo más de 2,5 metros de altura. Pero también se hizo carne el temor de que la custodia interna de la residencia, en donde se alista personal del Ejército y las policías Federal y Bonaerense, pudo haberse hecho la distraída, dando lugar a lo que en la jerga de seguridad se denomina “zona liberada”.
La falta de elementos contundentes sobre el tema hizo que en la Casa Rosada ningún funcionario se expresara públicamente, lo que dio lugar a todo tipo de especulaciones. Una de ellas sobre la autenticidad del identikit de la personas de entre 30 y 40 años. Hasta el programa de Mauro Viale llevó de invitado a uno de sus mediáticos, apodado Mitch, con cierto parecido al sospechoso, diciendo que él no era. Fuera de micrófono, en el Gobierno se encargaron de afirmar que el identikit no es trucho y que se hizo en base a las filmaciones registradas por el circuito cerrado de video de la quinta presidencial.
–¿Hay alguna pista sobre el intruso? –preguntó anoche Página/12 a un habitante de la Casa Rosada.
–Por ahora se sabe poco, pero nadie va a decir nada de ese poco para preservar las investigaciones –señaló.
La Justicia de San Isidro ya pidió informes a la Casa Militar y a las policías, la Federal y la Bonaerense, todos ellos relacionados con el episodio ocurrido el último domingo. De estos uniformados puede provenir el mayor caudal de información ya que, si bien el intruso fue filmado, el horario en el que realizó su travesía (entre las 3.45 y las 6.45) por un lado impidió que se detectara claramente su rostro y por otro volvió prácticamente imposible encontrar testigos “externos” a la quinta presidencial que pudieran ofrecer algún acercamiento sobre su perfil y sus movimientos.
Desde el Congreso, uno de los que se animó a introducirse en el tema fue José María Díaz Bancalari. El jefe del bloque de diputados del PJ dijo que “debe esclarecerse con la mayor celeridad posible y saber si se trata de una persona que quiere tener protagonismo” o si se trata de algo más grave. Como una verdad de Perogrullo, el legislador señaló que “el Presidente, que es la figura máxima, debe tener garantizada la seguridad y no ser sometido a ningún riesgo”.
Ante la urgencia, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, pondrá en marcha la próxima semana un “riguroso” mecanismo de seguridad en torno de Néstor Kirchner, particularmente en lo referido al ingreso a la Casa Rosada y la residencia de Olivos.
Las medidas “son el preámbulo” del rediseño de la estructura formal de seguridad vinculada con el jefe de Estado. “Se reforzará la presencia de efectivos y se establecerán restricciones en los ingresos de la Casa Rosada, como primer paso que será evidente a partir de la próxima semana”, consignaron desde la Secretaría General de la Presidencia.
Parrilli indicó que “se trabajará durante el fin de semana”, sobre la idea de progresar en los futuros cambios. En el Gobierno negaron, en cambio, que la custodia de Kirch-
ner se haya incrementado en estos últimos dos días, aunque extraoficialmente se informó que ya contaba con un númerosuperior de efectivos de la Policía Federal a los que habitualmente lo secundan en sus movimientos públicos.