EL PAíS › MASSIMO D’ALEMA DICE QUE ARGENTINA DEBE NEGOCIAR CON LOS BONISTAS
“El riesgo es no atraer inversiones”
El líder del centroizquierda italiano tiene un discurso cercano a los acreedores. Oposición a los subsidios. EE.UU. y Europa.
Por Eduardo Tagliaferro
Massimo D’Alema lleva consigo el estigma de un fracaso político. Es uno de los más destacados intelectuales del centroizquierda italiano, proviene del Partido Comunista más grande de Occidente y condujo la coalición progresista L’Olivo, que consiguió llegar al poder. Pero su fracaso abrió las puertas a la entronización del magnate de derecha Silvio Berlusconi, que hoy continúa asolando a Italia. En diálogo con este diario, al finalizar el encuentro de la cumbre legislativa entre los diputados del Mercosur y los de la Unión Europea, D’Alema no duda en criticar los subsidios europeos a los productos agrícola-ganaderos latinoamericanos. “La comunidad internacional debe ayudar a la Argentina”, dice el ahora eurodiputado luego de admitir con sinceridad que “las inversiones europeas destinadas al Mercosur van a Brasil. La Argentina está pagando el precio de una escasa confianza de los mercados financieros internacionales”.
En una de las largas mesas que se habían preparado en el salón contiguo al de Pasos Perdidos, en el Congreso Nacional, se ubicaron los latinoamericanos. Entre ellos, se destacaban el brasileño Florisvaldo Fier, del PT y presidente pro tempore de Comisión Parlamentaria Conjunta, el bonaerense Alfredo Atanasof, el radical Leopoldo Moreau, Alicia Castro y legisladores de Uruguay y Chile. Enfrente se ubicó la delegación europea. Los europeos mostraron su apuesta por el Mercosur. Ahora a través de una comisión legislativa específica; antes lo hacían desde la comisión encargada de las relaciones con América latina.
Con una agenda apretada, que incluyó reuniones con ministros y con el presidente Néstor Kirchner, D’Alema accedió a conversar con este diario.
–¿Es optimista frente a las negociaciones, todavía inconclusas, entre el Mercosur y la Unión Europea?
–Sí. Antes de venir a la Argentina nos encontramos con los negociadores europeos. Examiné los dossier. En realidad creo que el acuerdo puede estar cercano. Depende de la voluntad política. Europa debe abrir fundamentalmente sus mercados a los productos agrícolas de América latina. Y, nosotros esperamos gestos en el campo de los servicios, una mayor apertura y mayores garantías para las inversiones europeas en los países del Mercosur. Esta es la sustancia, el verdadero problema. Europa puede poner en un plato de la balanza una mayor apertura, sobre todo para las carnes, y el Mercosur puede poner mayores garantías para las inversiones en servicios.
–¿Qué diferencia ofrece Europa respecto del ALCA en relación con los subsidios?
–Como parte del acuerdo con el Mercosur, Europa debe renunciar a buena parte de su proteccionismo agrícola. La crítica a los subsidios de los países más ricos del mundo es justa. Claro que cualquier acuerdo debe surgir de un beneficio recíproco.
–Los vínculos entre Argentina e Italia aparecen presionados por el enojo de los ahorristas italianos. ¿Qué salida ve para el conflicto?
–Los bonos argentinos fueron comprados en Italia por muchos pequeños ahorristas. Y, por lo tanto, se trata del ahorro de familias, que no son ricas. Por eso el problema es muy delicado. No se trata de pérdida de los bancos, sino de familias que deben renunciar a buena parte de su inversión. Creo que se debe seguir negociando. Nuestro partido (L’Olivo) presentó un proyecto en el Parlamento que propone que también los bancos sean considerados responsables, sobre todo los que vendieron títulos en los meses previos al default, cuando tenían toda la información que, por el contrario, no poseían los pequeños ahorristas. Hay que examinar todas las situaciones. Cuando los ahorristas fueron inducidos a invertir en los títulos argentinos sin información clara sobre los riesgos, entonces también los bancos deben intervenir para participar del resarcimiento.
–¿Cómo evalúa la negociación que lleva adelante la Argentina?
–No tengo la última información. Creo que hay que ayudar a la Argentina pero, paralelamente, Argentina debe llegar a un acuerdo. De lo contrario corre el riesgo de ser un país que no atraiga inversiones extranjeras. En la actualidad hay una tendencia muy limitada de que Argentina reciba inversiones extranjeras. Gran parte de las inversiones europeas en el Mercosur van a Brasil. Argentina está pagando el precio de una escasa confianza de los mercados financieros internacionales. Los grandes bancos internacionales no financian inversiones en la Argentina. Por lo tanto creo que la comunidad internacional debe ayudar a la Argentina para que encuentre una respuesta convincente. El problema existe y el interés de la Argentina es encontrar una salida aceptada por la comunidad financiera internacional.
–¿Cómo analiza la reelección de George W. Bush?
–Yo esperaba otro resultado. La mayoría de la opinión pública internacional esperaba otro resultado. Pero hay que negociar y tratar con el presidente Bush. Como europeo digo que es necesario una Europa unida, capaz de condicionar la política norteamericana en un sentido menos unilateral. Este es el problema. Si está Bush, hay que trabajar con Bush. Una Europa más unida puede condicionar a los Estados Unidos. Pero, sobre todo, en este marco internacional, creo que el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur adquiere un fuerte sentido político. Sería una fuerte señal en el sentido del multilateralismo.