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El embajador argentino en La Habana, Raúl Taleb, afirmó que la propuesta de Fidel Castro de permitir que Hilda Molina reciba allí a su hijo radicado desde hace diez años en Buenos Aires y a sus nietos, a quienes aún no conoce, en lugar de permitir que la mujer viaje a la Argentina “no ha sido del agrado” del Gobierno. “Lo que está sucediendo esmerila y lesiona en parte la relación con Cuba”, advirtió el diplomático y marcó así un cambio en el discurso que fijó la Casa Rosada, que tras recibir el ofrecimiento de Castro lo calificó como un “buen primer paso” para solucionar la cuestión. El hijo de la médica cubana Roberto Quiñones Molina rechazó viajar a la isla y explicó que “sería traicionar las ideas de mi madre y su lucha para que se le autorice su elemental derecho humano a salir y entrar de su país por razones familiares cuantas veces ella quiera”.
Lo que ofreció Fidel no es lo que la Argentina viene pidiendo desde hace tiempo: que Cuba autorice a Molina a viajar a Buenos Aires para reencontrarse con su hijo y ver a sus dos nietos, quienes nacieron en el país y aún nunca la vieron personalmente. El último reclamo lo hizo directamente Néstor Kirchner en una carta que a principios de este mes le mandó al líder cubano y en la cual le solicitó que autorizara a la mujer a pasar las Fiestas en la Argentina. El texto, que Página/12 reveló en exclusiva el último domingo, ponía énfasis en la cuestión “humanitaria” y en la necesidad de que los chicos tuvieran contacto con su abuela.
La respuesta llegó anteanoche a la Casa Rosada y también por carta. Fidel no accedió al pedido de Kirchner, pero propuso en cambio que Quiñones Molina y sus hijos se trasladaran a Cuba para reunirse allí con Molina. Ofreció para ello todas las garantías del caso e, incluso, hacerse cargo de los gastos del viaje de la familia.
“Es un buen primer paso, pero no lo que nosotros pedimos”, fue la primera reacción de la Casa Rosada, aunque Taleb dijo ayer otra cosa y en términos diplomáticos las declaraciones que realiza un embajador tienen su trascendencia. “La respuesta que esperábamos era una positiva, sobre todo por el tenor de la solicitud, que era de carácter humanitario más que político”, sostuvo el embajador y agregó que “para el gobierno argentino no ha sido del agrado esta respuesta”. El diplomático remarcó, además, que “lo que está sucediendo esmerila y lesiona en parte la relación con Cuba”.
“El retiro de un embajador es una medida diplomática extrema que todavía la Argentina no la ha tomado”, explicó también Taleb –quien en forma simultánea al envío de la carta de Kirchner fue llamado a Buenos Aires a “informar” sobre el caso Molina–, aunque manifestó desconocer “cuál va a ser la actitud del gobierno nacional” frente a la respuesta de Fidel. “Me imagino que el Presidente tomará su tiempo para leer la carta”, evaluó el diplomático y consideró que la ratificación de la negativa cubana a que Molina viaje a Buenos Aires “merece un análisis”.
El canciller Rafael Bielsa y sus principales colaboradores se encontraban de gira en el momento en el que Kirchner recibió la carta de Fidel. Recién hoy se encontrarán con el santacruceño en la Cumbre del Mercosur que tendrá lugar en la ciudad brasileña de Ouro Preto.
Al margen de la reacción argentina, Quiñones Molina dejó en claro que no irá a Cuba porque “sería traicionar las ideas de mi madre” y “acceder a un capricho del gobierno cubano”. Añadió que “hay algo que se llama dignidad y que es tener consecuencia con los actos” y que “mi madre no es una delincuente que tenga una causa judicial pendiente, no se levantó en armas, no es una terrorista. Lo único que hizo fue disentir, opinar diferente al gobierno. No creo que por eso tengan que condenarla eternamente a vivir obligadamente en el país que ella hoy no quiere estar”.