EL PAíS › OPINION

Atención a los síntomas

Por Daniel Sokolowicz *

Algunos de los heridos de Cromañón que estuvieron expuestos al monóxido de carbono podrían desarrollar hasta dentro de los 40 días aproximadamente el llamado síndrome neurológico tardío.
Aquellos que hayan presentado en aquel momento pérdida de conocimiento, alteración de conciencia, incontinencia de esfínteres u otras alteraciones neurológicas tendrían mayor probabilidad de presentar este síndrome aunque haya transcurrido un período de absoluta normalidad.
Puede presentarse en forma de alteraciones de la conducta, del sueño, de la memoria, de la concentración, cefaleas, temblores, etcétera.
Pacientes, familiares, amigos, conocidos, psicólogos, psiquiatras y toda aquella persona cercana a aquel que haya estado expuesto a monóxido de carbono debe estar alerta ante esta posibilidad y enviarlo, de ser posible, a un médico-neurólogo para que haga la evaluación correspondiente y decida si procede a algún tipo de tratamiento.
Según algunos de los últimos trabajos científicos este síndrome es menos frecuente en aquellos pacientes que reciben tratamiento preventivo de oxígeno hiperbárico en las primeras 24 horas. Si bien la controversia de tratar pacientes con oxígeno normobárico (mascarilla en condiciones ambientales) u oxígeno hiperbárico existe en ámbitos teórico-científicos, en los principales centros internacionales es un hecho habitual el tratar a los pacientes –que cumplen determinados criterios y que han estado expuestos a este gas– en cámaras hiperbáricas.
La relación costo beneficio está ampliamente volcada hacia el último término, sobre todo en el ámbito de la Capital Federal donde la distancia es mínima y no se requiere de transporte aéreo.
En nuestra ciudad existen varios centros públicos y privados que poseen cámaras hiperbáricas. Sería conveniente para aquellos profesionales encargados de diseñar planes de emergencia que incluyan a éstas como parte de la infraestructura necesaria coordinando el traslado de pacientes bajo órdenes de una central única.
Algunos de los inconvenientes surgidos en la atención de los pacientes de esta tragedia no se debieron a falta de recursos o a desbordes en las guardias sino a problemas en la previa planificación ante catástrofes de estas características y por ende en la coordinación posterior.
Estemos atentos ante alguno de estos síntomas y también los funcionarios de las diferentes áreas para que ante estas catástrofes exista la coordinación necesaria para brindar un eficaz tratamiento.

* Médico.

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