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“Omar Emir Chabán omitió impedir las muertes, por lo cual la ley lo toma como si de propia mano las hubiese producido.” La frase redactada por la jueza de instrucción María Angélica Crotto sintetiza su decisión de procesar con prisión preventiva al empresario por homicidio “con dolo eventual” reiterado en 192 casos ocurridos tras el incendio de su boliche República Cromañón, el 30 de diciembre. Tal como anticipó este diario, la magistrada actuó en el mismo sentido que solicitó el fiscal Juan Manuel Sansone, y, además, embargó sus bienes por 57 millones 600 mil pesos. Más allá de lo que pueda decir cuando vuelva a declarar, Chabán está en condiciones de ser juzgado en juicio oral y público, en el que podría ser condenado a una pena de hasta 50 años de cárcel.
Además, Crotto levantó el secreto que regía sobre el sumario pero en forma parcial. Una parte de la investigación quedó separada y reservada, y es la que se refiere a los próximos imputados del caso. “El tribunal continuará avanzando sobre otras líneas de investigación que se han trazado, a efectos de poder establecer la posible existencia de otros responsables del hecho”, dice la resolución de 228 carillas a la que Página/12 tuvo acceso. Así, además de procesar al hasta ahora único detenido de la causa, la jueza dejó en claro que esto no termina en Chabán.
A un mes exacto de la tragedia (la resolución tiene fecha del 30 de enero), la magistrada terminó de redactar el procesamiento. Ayer a la madrugada seguía revisando en su despacho el extenso documento que dio a conocer a las partes horas más tarde. Una alta fuente del caso destacó ante este diario la separación del legajo que se mantiene en secreto. Si bien Crotto no aclaró quiénes serán los futuros acusados, esto puede inferirse por las inhibiciones de bienes que decretó: los miembros del grupo Callejeros, que actuaban la noche del incendio en Cromañón, los renunciados funcionarios Juan Carlos López y Fabiana Fiszbin, y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra. También se especula con la posible imputación de Raúl Villarreal y Yamil Chabán, mano derecha y hermano del detenido, respectivamente.
A las 8.45 le dieron la noticia, en su celda de máxima seguridad en la cárcel de Marcos Paz. Las autoridades del penal habían previsto la asistencia psicológica en caso de ser necesario, pero el reo no evidenció ningún impacto emocional. Todo indicaba que había sido bien preparado por su defensor, Pedro D’Attoli. Luego, continuó con su única actividad: la lectura. Omar Chabán no tiene acceso a radio, ni televisión, como tampoco a Internet. El último informe psicológico indicó que está más preparado para su larga estadía entre rejas, y ya no habría riesgo por su vida. Sin embargo, en la resolución que firmó ayer, la jueza Crotto dispuso que el excéntrico empresario sea sometido a un examen mental, según estipula el artículo 78 del Código Procesal, por parte del Cuerpo Médico Forense.
Cuando llegó a Tribunales para buscar una copia de la resolución, D’Attoli pidió que “no sacrifiquen” a su cliente “como a Jesucristo”. El letrado afirmó que dentro de 20 a 25 días, tras leer las 7500 fojas del expediente, Chabán accederá a hablar en una nueva declaración indagatoria.

192 almas intoxicadas

“Loca por la música”, le decían a Alejandra Jazmín Abosaleh. Era de Villa del Parque y cursaba el último año del secundario en la EET 24. Estudiaba guitarra y ensayaba en su casa con los tangos de Piazzolla. Pero su fanatismo estaba con Callejeros. Murió aquella noche en Cromañón por una “neumopatía aguda”, según establecieron los forenses. Por motivos religiosos, su familia de origen musulmán pidió que no se le realizara la autopsia. Es así que su nombre no figuraba hasta ahora en el listado confeccionado por la Morgue Judicial. De todos modos, tal como había informado este diario, se le realizó un examen médico que fue suficiente para las exigencias judiciales. Pero su identidad no había trascendido por el secreto sumarial. Es por eso que ahora el número de muertos en Cromañón asciende a 192, y no 191 como se creía.
La investigación determinó que la mayoría de los fallecimientos ocurrieron por el humo y los gases tóxicos que aspiraron las víctimas como consecuencia del incendio, y en menor medida, por los “aplastamientos”. Página/12 también había publicado el resultado del peritaje del INTI que reforzó el de los bomberos. Ese estudio indicó que la fibra sintética denominada “media sombra” generó monóxido y dióxido de carbono, al igual que la guata, y la espuma de poliuretano que estaba debajo de la tela desprendió los mismos tóxicos pero además cianuro y vapores de isocianato.
Los testigos interrogados coincidieron en que el local estaba “sobrepoblado”, “colmado”, “repleto”, “que no podían respirar ni moverse con soltura”. La jueza describió que Chabán permitió el ingreso de unas 3000 personas en el boliche, a pesar de que el lugar estaba habilitado para 1031, con la finalidad de “acrecentar sus ganancias”. Daniel Giménez, inspector de Sadaic, declaró que esa noche ingresaron 2811 jóvenes que habían comprado entradas, más los invitados. Además, en los locales de la firma Locuras se habían entregado 3500 entradas para la venta, y sólo devolvieron 347. “Es importante el dinero, sin culpa argentina respecto al dinero...”, había dicho Chabán según un video aportado por el programa Cultura Cero, de Canal 7.

Tres hipótesis

Chabán fue procesado por homicidio simple “en la modalidad de comisión por omisión”, es decir que omitió impedir las muertes. Pero los investigadores aún no pudieron encontrar a la persona que prendió la bengala o candela que ocasionó el incendio. Según las distintas versiones aportadas por algunos de los 300 sobrevivientes que declararon en el expediente, manejan tres posibilidades: que se trató de un niño que se hallaba en los hombros de un adulto, que fueron tres jóvenes o que era una persona de aproximadamente 20 años. Por otra parte, durante los allanamientos encontraron elementos de pirotecnia no sólo en Cromañón sino también en Cemento, el otro local gerenciado por los hermanos Chabán.