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Leyendas:

Fernanda Ferrero es legisladora de Recrear. Pero evidentemente está lejos de amar el acartonamiento y la gomina de su líder, Ricardo López Murphy. Hace pocas horas se conoció un proyecto de declaración en el que manifestó su fanatismo por Pappo Napolitano. “Acompañó los momentos más frescos de mi vida”, aseguró en el texto sobre el fallecido músico argentino. Hasta ahora, Ferrero era únicamente recordada por aquella bandera que amenazaba hacer flamear contra la visita de Fidel Castro, el legendario líder cubano. Sin embargo, para la mujer, si se habla de “leyenda” se habla de El Carpo, quien –dice– “con su presencia marcó a una generación donde la rebeldía era el común denominador que nos guiaba más allá de las vivencias individuales”.

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Que siga la alegría:

Sigilosamente, el Gobierno está confeccionando una presentación ante la Corte Suprema para lograr un fallo que ponga límites a las resoluciones del Ciadi, el tribunal arbitral dependiente del Banco Mundial adonde las privatizadas buscan dirimir a su favor conflictos de casi 20 mil millones de dólares entablados con el Estado argentino. El ministro de Justicia, Horacio Rosatti, ya había manifestado que el Ciadi no puede establecer la política de servicios públicos. Y ahora está trabajando junto al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, en una estrategia para que la alegría oficial por la salida del default no sea empañada.

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Afiches:

Cristina de Kirchner no dice nada en público sobre si su futuro político estará en la provincia de Buenos Aires. Y evidentemente ese silencio puede más que mil palabras. Por eso el kirchnerismo organizado bajo el nombre Proyecto Popular (PP) comenzó a desplegar en los últimos días miles de afiches que promueven su candidatura. El texto, con un fondo celeste y blanco, dice: “La esperanza se organiza. Cristina Kirchner senadora nacional”. Hasta ahora aparecieron en La Matanza, San Justo, Villa Celina e Ituzaingó. Pero los muchachos del PP prometen hacerlos llegar a otros distritos bonaerenses.

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Espíritu estudiantil:

La experiencia de cruzar la Cordillera de los Andes, emulando al general José de San Martín, fue todo un acontecimiento para un grupo de legisladores nacionales. Pero mucho más para Federico Pinedo, a quien le desapareció su mochila. Montado en una mula, el diputado macrista tuvo que lidiar con una indumentaria gauchesca, que ni siquiera pudo cambiar en las noches más frías, donde las temperaturas bajo cero castigaban hasta doler. La bombacha tradicional que lució Pinedo se bamboleó sin piedad con el viento helado de los Andes, pero el macrista se mantuvo incólume. Algunos de los que participaron de la expedición –de la que también fueron parteJorge Argüello, Alicia Castro y el gobernador de San Juan, José Luis Gioja– suelen ofrecer, con espíritu estudiantil y sonrisa en puerta, el estado de salud de Pinedo: “Debe andar un poco resfriado”.

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Osoooooooooo:

Se iban a anunciar los porcentajes de aceptación al canje de la deuda. Y Roberto Lavagna fue la estrella de la jornada. El ministro de Economía se sentía Diego Maradona en el Mundial ’86. Y no sólo por su cintura a la hora de negociar con los bonistas sino también por el gesto del final. Si en la entrega de la Copa del Mundo el “10” evitó saludar al titular de la FIFA, Joao Havelange, a raíz de algunas diferencias históricas, Lavagna hizo lo propio con Alberto Fernández. Se sabe: entre el jefe del Palacio de Hacienda y el de Gabinete persisten viejas tensiones.

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Saluditos y algo más:

Algunos testigos cuentan que el saludo de Roberto Baradel fue caluroso. Y que Néstor Kirchner le agradeció al titular de Suteba con la mejor cara. Pero lo que les llamó la atención fue lo que sucedió inmediatamente después, cuando el secretario general de los docentes bonaerenses lo llenó de elogios al Presidente y éste, sonriente y mirándolo a los ojos, le clavó la estocada. “Gracias, gracias... pero, ¿por qué no se dejan de joder con los paros?”

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Calenturas:

La historia fue así. Eduardo Duhalde, delante de Néstor Kirchner, insultó meses atrás a Alberto Balestrini. ¿La razón? El intendente de La Matanza lo había descalificado durante un reportaje en la revista Debate. El ex mandatario lo negó públicamente. Esta semana fue el Presidente quien descalificó a Duhalde, ahora delante de Balestrini. ¿La razón? Las críticas del ex mandatario por la intervención federal que se dispuso en Santiago del Estero y que terminó abriendo las puertas a un triunfo del radicalismo. Pero la calentura K fue más allá de Eduardo Duhalde y se depositó en el presidente del Grupo Bapro, el duhaldista Jorge Sarghini, por haber dicho que el default no era “el final del camino”, lo que se interpretó como una relativización de un proceso de canje de deuda que el gobierno considera un éxito. Cuando a Kirchner le preguntaron si aquellos temas eran razones de algún que otro malhumor suyo, el jefe de Estado miró cómplice a su interlocutor, lo que en lenguaje K significa sí.

Colaboraron: Santiago Rodríguez y Martín Piqué.