EL PAíS
Sólo hipótesis, a trece años del ataque contra la Embajada de Israel
Se realizará hoy un acto en la plaza de Suipacha y Arroyo, donde estaba la sede. Participarán el vicepresidente Daniel Scioli y el canciller Rafael Bielsa, junto a familiares de las víctimas.
Por Raúl Kollmann
En el predio donde estaba ubicada la Embajada de Israel, hoy a las 14, se realizará el acto en el que se conmemoran los 13 años del atentado contra la delegación diplomática. En la causa judicial nunca hubo un detenido y, hoy por hoy, la casi inexistente investigación se orienta hacia la misma hipótesis que la del atentado contra la AMIA: hubo negocios turbios y promesas de provisión nuclear a Irán, el gobierno de Carlos Menem incumplió con esos supuestos compromisos y –siempre según la teoría oficial– desde Teherán se puso en marcha una venganza que llevaron a cabo hombres de la organización libanesa Hezbolá, que actuó en combinación con diplomáticos iraníes en Buenos Aires. Esa hipótesis ha sido avalada por Estados Unidos, Israel y la SIDE.
El acto que se realizará en la plaza ubicada en Suipacha y Arroyo contará con la presencia del vicepresidente Daniel Scioli y el canciller Rafael Bielsa como representantes del Gobierno. El embajador de Israel en la Argentina, Rafael Eldad; Carlos Susevich, que perdió a su hija, y una sobreviviente del atentado, Lea Kowalsky, serán los oradores principales de la concentración en la que se recordará a las 21 víctimas de aquel ataque. El acceso del público será por la esquina de Carlos Pellegrini y Arroyo.
A 13 años del atentado es muy poco lo que se sabe y la pesquisa, que estuvo en manos de la Corte Suprema por tratarse de una delegación diplomática, fue un papelón aún mayor que el de la AMIA. En estos 13 años hubo varios intentos de cerrar la causa, pero la protesta de los familiares y la Embajada de Israel llevó a la situación actual: el expediente se mantiene abierto, pero en estado vegetativo.
Con el correr del tiempo, casi por inercia, se fue imponiendo la teoría de que los dos atentados fueron obra de las mismas manos, por lo que el caso Embajada pasó a ser una especie de subcapítulo del caso AMIA. En este último, la Unidad Especial del Ministerio de Justicia, a cargo de Alejandro Rúa, considera que hay evidencias que indican que el ataque fue perpetrado por un colombiano convertido al Islam, Samuel El Reda, casado con Karina Saín, secretaria del hombre que los servicios de inteligencia consideran como el gran organizador de los dos atentados, el ex agregado cultural de Irán, Moshen Rabbani. La coordinación se hizo, supuestamente, desde la Triple Frontera con un teléfono a nombre de un tal André Marques y el suicida habría venido desde el Líbano. En los últimos días, voceros de la Embajada de Israel han deslizado que los investigadores de ese país aportarían un documento clave sobre esta pista.
La hipótesis fundamental sobre los motivos de los dos atentados está relacionada con Carlos Menem, tanto en su época de candidato como cuando ya ocupaba la Casa Rosada. Los investigadores de la Corte se suman a esa teoría enunciada en un escrito judicial que hace poco firmó Rúa. Allí se resume que en los años ‘80 hubo un fuerte intercambio tecnológico, militar y nuclear con Irán. A fines de 1991 se suspendió el embarque de equipos atómicos destinados a Irán, así como la provisión y asistencia comprometida en concepto de materiales, tecnología e información nuclear entre la empresa argentina Invap y la Organización de Energía Atómica de la República Islámica de Irán. Justamente lo que Rúa pide que se investigue, y aporta bastantes pruebas, es que cuando Menem fue candidato prometió seguir con la asistencia nuclear y recibió a cambio fondos para su campaña electoral, pero luego incumplió con las promesas y los atentados fueron la venganza por esos incumplimientos.