EL PAíS › CASARETTO CREE QUE “FALTO DIALOGO DE AMBAS PARTES”
La tensión de Semana Santa
“Decir que no existe libertad religiosa en Argentina sería exagerado”, sostuvo el obispo. ”Hay que dejar que la Santa Sede y el Gobierno” resuelvan el conflicto, agregó. Pedidos para abolir el vicariato castrense.
Por Washington Uranga
En relación con la polémica entre el Gobierno y la Iglesia Católica a raíz de las declaraciones del obispo castrense Antonio Baseotto, el obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, sostuvo que si el Vaticano finalmente decidiera que en la Argentina no existe la libertad religiosa “sería tan exagerado como si se le impidiera a un obispo ejercer su ministerio”. Para Casaretto en “esta problemática, desde el principio, faltó diálogo y prudencia de ambas partes”. El titular de la diócesis de San Isidro insistió en la necesidad del “diálogo” para superar las diferencias, pero insistió en que la Iglesia no tiene claridad respecto de los alcances del decreto presidencial que deja sin efecto el acuerdo para el nombramiento de Baseotto como obispo castrense. Casaretto dijo que no se puede saber si efectivamente se le está impidiendo el ejercicio de la misión pastoral al ordinario castrense, “porque no sabemos cuáles son las implicancias del decreto que el Gobierno ha emitido”. El ex presidente Eduardo Duhalde ya había respaldado a su sucesor en la polémica con Baseotto y ayer avanzó en que “no tiene ninguna necesidad” la existencia del obispado castrense.
En declaraciones formuladas a distintas radios, Casaretto reiteró que “es importante que haya diálogo”, porque “en todo esto, como ya lo dijo muy bien el Episcopado, desde el principio faltó prudencia, faltó diálogo”. Y agregó que “tenemos que abogar por el diálogo que es fundamental en la democracia y en la vida de la Iglesia”. Según el obispo, “ahora lo que hay que hacer no es volver a ese hecho, sino más bien ver cómo se encuentra una solución a los conflictos porque no podemos siempre estar quedándonos sobre ellos”.
Para el titular de Cáritas ahora “hay que dejar que se resuelva entre la Santa Sede y el Gobierno”, porque “cualquier otra opinión no creo que beneficie en las relaciones”. En medios eclesiásticos trascendió que existiría ya una respuesta redactada por el Vaticano ante la decisión adoptada por el gobierno argentino. La misma Santa Sede pediría mayores precisiones respecto del alcance del decreto presidencial que dejó sin efecto el acuerdo oficial para la designación de Baseotto. La nota del Vaticano, según las mismas fuentes, expresaría “malestar” por la decisión argentina y adelantaría la presunción de que, salvo aclaración en contrario, la medida podría interpretarse como “impedir” el ejercicio pastoral. Otras versiones advierten que el Vaticano podría llegar a interpretar que el gobierno argentino ha rescindido “unilateralmente” el concordato vigente entre los dos estados que fue firmado en 1957.
Por su parte, el grupo de “Curas en opción por los pobres”, coordinado por los sacerdotes Eduardo de la Serna, Marcos Alemán y Marcelo Ciaramella, emitió también una declaración en la que, entre otras cosas, recuerdan que ya “hemos señalado la inconveniencia de la existencia del obispado castrense”, una opinión coincidente con la expresada por el obispo neuquino Marcelo Melani. Los curas reiteran ahora que la abolición del obispado castrense contribuiría a que “las Fuerzas Armadas puedan recibir el auténtico mensaje de Jesús que los invita a una sincera conversión, contribuyendo con la Justicia, denunciando lo que saben de su pasado oscuro, revelando los archivos que hubiere para que se sepa qué y quién fue responsable de la suerte de los desaparecidos y de la actual y falsa identidad de los menores nacidos en cautiverio”.
Al margen de la polémica planteada por los términos de la carta de Baseotto al ministro de Salud, Ginés González García, los obispos siguen reafirmando su postura respecto del aborto. “El aborto es matar a alguien y entonces nunca puede ser solución a nada”, dijo Casaretto. Y se opuso a la despenalización porque “lo que hay que buscar es que haya menos abortos por otras vías, trabajando otro tipo de medios, pero nunca buscar que el aborto sea la solución a la problemática”. Su colega de Córdoba, CarlosÑáñez, dijo que “reafirmamos nuestra posición de defensa de la vida desde la concepción hasta el final” y “lo reafirmamos con claridad y firmeza, sin recurrir a ningún tipo de agravio”.