EL PAíS › VICTOR DE GENNARO, LOS RECLAMOS DE CTA Y LA RELACION CON EL GOBIERNO

“Buscan instalar el temor a la inflación”

El líder de la CTA hace un balance de la semana de movilización de la central, que tuvo como eje la redistribución de la riqueza y la libertad sindical. Dice que no quiere ser candidato y evalúa sus vínculos con el Gobierno.

 Por Laura Vales

“Un sueldo mínimo de 772 pesos y una asignación universal de 80 por hijo. Eso es lo menos que se puede hacer hoy: fijar el piso salarial, según la canasta de pobreza”, dice Víctor De Gennaro. Para el titular de la CTA éste es el momento de avanzar en ese sentido, “porque el gobierno nacional y las provincias están sentados sobre una montaña de plata. Vea lo que ocurre acá, en Neuquén”, dice; “Sobisch tiene un superávit fiscal que es mayor del que se necesita para pagarles a todos los chicos 80 pesos y resolver el problema de la pobreza, pero no lo usa. En cambio, el que se lleva la riqueza de la provincia es Repsol, que en vez de ser controlado en sus ganancias que llegan al 500 por ciento, es beneficiado con políticas de permanente defensa de sus intereses”.
De Gennaro habla desde el sur, donde viajó para acompañar las actividades neuquinas de la semana de movilización de la CTA, un plan de lucha que tuvo como eje la redistribución de la riqueza y la libertad sindical. Como parte de esa campaña hubo mesas de debate y movilizaciones en las principales capitales: Salta, Jujuy, Santa Fe, Rosario, Posadas, Neuquén, Corrientes, Córdoba, San Juan, Comodoro Rivadavia, Buenos Aires.
–Sin embargo, la semana no tuvo mayor repercusión.
–Porque no lo publicaron los diarios. En todos lados hubo discusión, manifestaciones. Se hizo una marcha importante en la Capital Federal. El viernes, en Jujuy la concentración reunió a 18 mil personas. Claro que no hacemos las cosas para que las muestre alguno sino para construir poder propio y avanzar en nuestra pelea, hoy centrada en la conformación del Consejo del Salario, el empleo y la producción. ¿Por qué no es visible?, seguramente porque los grupos económicos hegemónicos, que manejan la comunicación masiva, no deben querer que se discuta el salario ni la distribución del ingreso. En este momento, por ejemplo, buscan instalar el temor a la inflación porque se empezó a dar la pelea por los sueldos. Están tratando de que no se convoque al Consejo del Salario.
–¿Cuándo se hizo la última reunión del Consejo?
–Hace cinco meses.
–¿Por qué quedó congelado?
–Porque no quieren discutir ni salarios, ni producción ni empleo en forma institucional. El Consejo fue creado para discutir la distribución del ingreso y un proyecto de país diferente, pero (Luis) Pagani (titular de la Asociación Empresaria Argentina) el primer día dijo con toda claridad que él no iba a participar; o sea, ya lo desconoció el grupo más concentrado de la economía, uno de los representantes de los 200 formadores de precios cuyas 10 empresas más importantes están ganando 479 dólares de rentabilidad neta por minuto. Después estuvo el problema de que no todos los ministros participaron; el ministro de Economía no estuvo. En esas reuniones se había abierto una discusión. Cuando se votó el acuerdo UIACGT-Gobierno de un salario mínimo, nosotros nos opusimos porque planteamos que el sueldo mínimo debe ser igual a la canasta de la pobreza. La canasta familiar básica está alrededor de los 1500 pesos; lo menos que se puede hacer es poner un sueldo mínimo igual a la canasta de pobreza, que está en 772 pesos. Y a partir de ese piso hay que discutir los convenios de trabajo, en un marco de libertad y democracia sindical.
–¿Le sorprendió que Trabajo le negara a la CTA la personería?
–La situación no es exactamente esa. El ministerio no nos puede negar la personería, pero no quiere firmar la negación, no se anima a firmarla.
–¿Le pidieron que firme para poder apelar?
–Lo que les decimos es que se definan. No nos pueden decir que no, pero tampoco nos quieren decir que sí, ése es el punto de parada. Nosotros vamos a seguir peleando por nuestra legalidad porque los trabajadores tenemos derecho a organizarnos igual que las patronales. El ministeriohizo dos cosas contradictorias: la primera fue que nos dio a los estatales la posibilidad de que haya muchas organizaciones con personería gremial en el mismo ámbito de actuación, lo que está bien. Así, hoy te podés afiliar a ATE, a UPCN, a APOS, al gremio de municipales o a ninguno. Sin embargo, en la actividad privada no rige lo mismo, ahí se aplica el unicato. En segundo lugar le aprobó a la Federación de Panaderos y a la de Taxis (integrantes de la CGT) la posibilidad de tener reconocimiento en base a personerías preexistentes. La CTA tiene 57 organizaciones con personería gremial, no 2 o 3: 57. El Gobierno podía aplicar este criterio. Estas dos cosas –la libertad sindical para los estatales, pero discriminando a los privados, y el no utilizar la misma vara con la CTA que con la CGT– hacen que no puedan decir que no, pero que no se animen a decir que sí.
–¿Es cierto que el Ministerio de Trabajo cuestiona que la CTA represente a desocupados?
–Fue una loca idea que se le ocurrió a uno de los que estaban (en la última reunión con el ministro de Trabajo). Alguien tuvo la ocurrencia, absolutamente peregrina, de que nosotros íbamos a cambiar el estatuto de la CTA para integrarnos sólo con organizaciones, como lo hace CGT. Pero para nosotros la afiliación directa es fundamental, un elemento que hace al cambio, a la democratización. Para nosotros un trabajador estatal o privado es igual que un trabajador precario, desocupado o jubilado. Ese es nuestro mandato fundacional, si lo sacamos del estatuto deja de tener sentido nuestra central, porque hemos cambiado el concepto de clase. Es algo innegociable. Por ahí pensaron que por una personería íbamos a ser capaces de destruirnos a nosotros mismos.
–¿Cómo es su relación con el Gobierno? Porque al mismo tiempo que se producían estas diferencias...
–(Interrumpe.) Una relación como siempre. Mi relación con el Gobierno es como siempre, soy el secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos que, con autonomía, dice lo que cree que está bien y lo que cree que está mal. Mis compañeros no me eligieron para que me subordinara a ningún gobierno ni a ningún empresario ni a ningún partido político. En la primera reunión que tuvimos con el Presidente le planteamos lo mismo que sostuvimos esta semana: la prioridad es terminar con la inmoralidad del hambre y la pobreza y avanzar en resolver la desocupación, y a partir de ahí democratizar el sindicalismo. Por eso fuimos adonde nos pidieron y presentamos nuestras propuestas. El Gobierno está sentado en una montaña de plata, los gobernadores también, pueden resolver el problema de la pobreza. Nosotros decimos lo que pensamos. Seguramente por eso cuando votamos en contra en el Consejo del Salario a algunos les cayó mal.
–La pregunta iba a que, según trascendió, el Presidente le hizo llegar el ofrecimiento de una candidatura para las elecciones de octubre.
–Yo nunca recibí ningún ofrecimiento. Se los dije a mis compañeros en los actos de esta semana, con toda claridad para evitar cualquier tipo de confusión: yo no voy a ser candidato a diputado, porque no quiero.
–La CTA hizo esta semana de movilización para difundir su propuesta de redistribución del ingreso y libertad sindical, pero al mismo tiempo, algunos de sus dirigentes más importantes son asumidos kirchneristas. ¿Cómo se vive eso hacia adentro?
–Para la CTA no hay inconvenientes, somos una central de trabajadores, no un partido político. Tenemos compañeros de todos los sectores partidarios, e inclusive hay quienes no están en ningún partido, como yo. Cada uno tiene derecho a pensar democráticamente. Para nosotros la diferencia no es una excusa para fracturar, la diferencia es algo que complementa una verdad colectiva. Lo que pasa es que la comunicación hegemónica siempre plantea lo mismo: si nosotros somos homogéneos en lo partidario pasamos a ser un partido, ahora, si somos una central plural, democrática, con todos los pensamientos, donde lo prioritario es la conducta y la defensa de ladistribución del ingreso, la soberanía y la democracia, en lo que sí estamos todos de acuerdo, entonces pasamos a ser una bolsa de gatos. Fíjese que el compañero Edgardo Depetri (secretario de Organización de la CTA y cabeza del kirchnerista Frente Transversal Nacional y Popular) habló en el acto de Córdoba, por distribución, por libertad y democracia sindical. Podemos tener diferencias, pero sabemos mantener una prioridad en nuestra representación.

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Víctor De Gennaro aspira a que el piso salarial sea de 772 pesos.
 
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