EL PAíS
Kirchner volvió a colocarse en el centro de la elección
Néstor Kirchner profundizó ayer su estrategia de nacionalizar las elecciones legislativas de octubre. Lo hizo renovando su pedido para que se plebiscite su gestión en las urnas. “Les pido que me ayuden y acompañen para consolidar el cambio en la Argentina. Si la gente dice que sí, vamos con todo para adelante y si no es otra historia”, manifestó, casi exclamó, el Presidente.
Kirchner habló durante la inauguración de 136 viviendas en la ciudad bonaerense de San Nicolás, acompañado por Felipe Solá. Es el segundo día que los mandatarios nacional y provincial comparten tribuna. Y no parece casual: por estas horas el duhaldismo comenzó a cerrar filas para librar una dura batalla contra Solá, reclamándole la convocatoria a internas partidarias.
Duhalde quiere demostrar su poderío en ese comicio interno, en el que se siente seguro ganador. Así mejoraría su relación de fuerza con el kirchnerismo y negociaría desde otro lugar los nombres de los candidatos a diputados y senadores nacionales. Es precisamente por eso que Solá se niega a una convocatoria inminente de las internas.
El ex presidente estuvo ayer en Brasil con Lula, en un viaje relacionado con su actividad como titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur. Antes de partir, le transmitió a la Casa Rosada su apoyo a la candidatura de Cristina Kirchner, algo que el kirchnerismo ya venía planteando como “innegociable”.
Claro que Duhalde quiere a cambio un gesto de Kirchner. Y ese gesto es que no intervenga en la pelea por los cargos provinciales. Es en esta pulseada donde el duhaldismo quiere “aplastar” al felipismo, según palabras de un fiel y ultrarrepresentante del sector, el ex jefe de Gabinete Alfredo Atanasof.
A sólo seis meses de las elecciones, Kirchner quiere dejar en claro que más allá de los candidatos y las peleas distritales, el que compite es el gobierno nacional. Y por eso recalcó que el resultado de las elecciones será un “plebiscito” de su gestión. La alusión trascendió obviamente a la geografía de la provincia de Buenos Aires.
Además del Presidente y el gobernador Solá, estuvieron en el acto de San Nicolás el presidente de la bancada de diputados justicialistas y oriundo de esa ciudad, José María Díaz Bancalari; el intendente local, Marcelo Carignani, los ministros Aníbal Fernández, de Interior; Julio De Vido, de Planificación Federal; Ginés González García, de Salud; y el titular de la Federación de Tierra y Vivienda, Luis D’Elía.
A las 12.50, cuando aterrizó en su helicóptero en el humilde barrio Las Mellizas, Kirchner fue informado sobre la elección de un nuevo Papa, que para sorpresa de pocos resultó ser el alemán Josef Ratzinger. “Esperemos que sea un buen Papa”, manifestó antes de subir a la tribuna.
Ya en el palco, Kirchner volvió a referirse elípticamente a las presiones del FMI y de algunos de los miembros del Grupo de los 7 por los acreedores que no entraron en el canje de la deuda. “Es mucha la lucha que estamos llevando adelante, hay que lidiar y tratar de que el mundo entienda lo que le hicieron a la Argentina los malos dirigentes de adentro y los responsables de aplicar políticas equivocadas”, aseveró.
Kirchner destacó que “vamos dando la pelea en cada lugar, con toda la fuerza y la dignidad de los argentinos pensando en los que sufren y los que necesitan”. Previamente, Solá prometió acelerar la construcción de nuevas viviendas para San Nicolás y la ejecución de obras de cloacas en varios barrios de la localidad. El gobernador evitó hacer declaraciones sobre la interna del PJ bonaerense. Ya había dejado semejante aventura en manos de Kirchner.