Por Eduardo Tagliaferro y Felipe Yapur

Eduardo Duhalde podrá subir esta tarde al Tango 01 con la sanción de la Ley de Quiebras debajo del brazo. Será el único logro que podrá exhibir en Europa a la hora de hablar de su buena voluntad de acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A esa hora, los senadores peronistas deberían ya haber votado junto a los radicales la norma en cuestión. La aprobación de Quiebras para nada aplaca la feroz interna justicialista que se desató en la madrugada del jueves pasado cuando en una bochornosa sesión derogaron la Ley de Subversión Económica. Heridas que, sin duda, continúan abiertas en el mismo momento que cruje la alianza parlamentaria entre la UCR y el PJ.
La conquista del Gobierno se obtuvo luego de que los legisladores del peronismo suspendieran por una semana la fuerte disputa que los separa. Aseguran que habrían acordado poner debajo de un “paraguas” a la Ley de Quiebras y a la ratificación del decreto presidencial que derogó el CER, el coeficiente por el cual se actualizan los créditos hipotecarios y los préstamos. El “acuerdo”, sostienen en el bloque, sobrevino luego de que todos evidenciaran su temor a la “posible caída del gobierno” si seguían tirando de la cuerda. Aunque no controlan totalmente a los suyos, con uno de los ojos miran atentamente a sus aliados radicales.
“Así como hay muchos radicales que no quieren seguir apoyando al Gobierno, dentro del PJ también hay muchos que no quieren saber nada con ellos”, afirmaba ayer a este diario un reconocido dirigente de la bancada oficialista en la Cámara alta. Cuando intentaba explicar los motivos del enojo de sus compañeros con los correligionarios, decía: “Nos dejan pagando muchas veces. Como sucedió con el tema de Subversión Económica”. Tal vez el senador desconocía la vieja táctica del radicalismo que acompaña pero nunca vota los proyectos más polémicos. Uno de los cultores de ese estilo fue el entrerriano César Jaroslavsky, quien supo hacer escuela llevando a sus correligionarios hasta el recinto y ayudar a formar el quórum. Hasta ahí llegaba su amor. Ahora conseguir los votos positivos era una tarea del peronismo. Por eso no se entendía la queja del hombre del oficialismo.
A pesar de que el jefe del bloque radical, el chubutense Carlos Maestro, dijo luego de su encuentro con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, que “no sería tan optimista como (José Luis) Gioja”, los radicales están dispuestos a votar a favor de la iniciativa. “Seguiremos los mismos pasos dados por nuestros correligionarios en Diputados”, afirmó un senador radical a este diario para explicar el comportamiento de su bloque. Los radicales votarán a favor en general y realizarán algunas objeciones en particular.
Si todo marcha como lo espera el oficialismo, una vez aprobada Quiebras, los senadores intentarán votar otra ley que busca, según los propios legisladores, subsanar un “defecto” de esa norma. Esto sería declarar como estratégicos a los medios de prensa y así evitar que puedan llegar a ser controlados mayoritariamente por el capital extranjero. En este sentido se expresa el proyecto del rionegrino peronista Miguel Angel Pichetto. El radicalismo, de la mano de Rodolfo Terragno, pretenderá extender la figura a todas las empresas culturales. Entre ellas incluye: “El patrimonio antropológico, histórico, artístico; las empresas dedicadas a la ciencia, las industrias dedicadas a la defensa nacional y también a los medios de difusión masiva”.