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“Para nosotros es un alivio.” Así definió el gobernador Felipe Solá el acuerdo firmado ayer en la Casa Rosada a través del cual el gobierno nacional le refinancia al Estado bonaerense una deuda de 1260 millones de pesos. Aunque Solá se refirió únicamente al aspecto institucional del convenio, entre sus filas lo consideran un respaldo político del Presidente ante “las trabas” que el duhaldismo le impone a la aprobación del presupuesto provincial. Ahora, el gobernador tendrá la manos más libres para administrar los recursos de la provincia en un año signado por las elecciones legislativas en las que Néstor Kirchner quiere plebiscitar su gestión.
“Después de muchos meses de negociaciones, hemos acordado la cifra que le corresponde a la provincia de Buenos Aires con el Presidente y su ministro de Economía (Roberto Lavagna) y para nosotros es una situación de alivio porque las negociaciones son duras”, insistió Solá. Aunque otras fuentes provinciales dejaron trascender que la apuesta de la provincia era que la refinanciación trepara hasta 1555 millones.
Para Solá, desde el gobierno central “hay respeto” por su gestión, porque la “considera una administración seria, que no va a caer en déficit por razones políticas o por razón alguna”. Por la Nación, rubricaron el acuerdo Kirchner, Lavagna y los responsables de las secretarías de Hacienda, Carlos Mosse, y Legal y Técnica, Carlos Zannini. Junto al gobernador firmó el ministro de Economía provincial, Gerardo Otero.
El convenio se enmarcó dentro de la Ley de Responsabilidad Fiscal a la que adhirieron las provincias, entre ellas Buenos Aires, y que fija límites para el manejo de sus cuentas financieras. Aunque la dilación en la aprobación del presupuesto provincial, en su momento, también había comprometido la adhesión de la provincia al Programa de Reordenamiento Financiero, que Roberto Lavagna necesitaba en su negociación con el FMI y que provocó el malhumor del Gobierno.