EL PAíS
Apoyos para Romina Tejerina en el primer día del juicio en Jujuy
En Capital hubo una movilización frente a la Casa de Jujuy. También hubo actos en varias provincias. Y frente al tribunal donde desde ayer se juzga a la mujer que mató a su recién nacido porque vio en él la cara de su violador. Tejerina llegó llorando y no declaró.
Romina Tejerina entró llorando a los tribunales jujeños, donde desde ayer es juzgada por haber matado a su bebé producto de una violación cuyo presunto autor está libre. Sus lágrimas se dejaron ver ante la gente reunida que convirtió su caso en emblemático. Entró y se sentó al lado del tribunal que resolverá si es o no culpable de “homicidio calificado por el vínculo”, vestida con una delicada polera lila y un pantalón negro; no con una pollera de talle pequeño como la que le habría costado el abuso sexual, según el viejo prejuicio machista que se deslizó en el inicio de la causa que la mantiene presa desde 2003. En varias ciudades hubo marchas para pedir la absolución de Romina. En Jujuy, Santa Fe y la Capital Federal hubo cortes de calles que reclamaron, además, la legalización del aborto. La jornada de hoy es considerada como la más importante: declaran los peritos.
El primer día del juicio a cargo del Tribunal Oral de la Sala 2 en lo Penal jujeño, presidido por el juez Antonio Llermanos, Romina se negó a declarar. La defensa pidió la absolución de la joven de 21 años. Y solicitó que en el proceso no declarasen su madre y la hermana, por no incluir a la familia en un caso que la vincula indirectamente; los jueces hicieron lugar el pedido. Declararon ayer una vecina, dos amigas y el policía que llegó luego de que Romina fuera trasladada al hospital aquel 23 de febrero de 2003, desde entonces detenida.
La vecina Virginia Gamarra de Pintos ratificó que “nunca” había visto embarazada a la chica. Y las dos “amigas”, Cintia Rodríguez y Fernanda Rosa Pacheco, contaron que ella les había dicho que estaba embarazada después de varios meses, que había tratado de esconder su estado y que su carácter se había vuelto “irritable”. En diálogo con Página/12, el defensor de la joven, Ricardo Molinas, evaluó los dichos del policía como “irrelevantes” y consideró a los otros tres como “los más importantes” porque servirán “para valorar la situación previa que llevó al estallido (la muerte del bebé). Es decir que Romina estuvo bajo un trastorno de estrés postraumático luego de la violación y que devino en un brote psicótico, que es una alteración mental transitoria que la convierte en inimputable”.
Lo que causó alguna inestabilidad fue la declaración de Pacheco, que agregó un detalle nunca declarado en la etapa de instrucción. Dijo que Romina le había confesado que estaba embarazada de Javier “Quili” González, un animador de fiestas con el que tenía un vínculo sentimental, y no del “Pocho” Eduardo Vargas, sindicado como quien la obligó a subir en su auto y luego la violó el 1º de agosto de 2002, cuando ella tenía 19 años. Pese a la sorpresa, Molinas le restó importancia al dicho y pidió que se procese a la “amiga” por falso testimonio. “Podría ser que la amiga se acordó de esto ahora o que la hayan instrumentado para que lo dijera –sostuvo–. Lo que sí hace es agregarle la connotación de que si Romina salía con uno, dos o tres hombres merecía o no lo que le ocurrió”, por lo tanto no se trata sino de una afirmación que “pretende sembrar más prejuicios de los que hay” sobre la muchacha.
A la hora de evaluar los resultados de los testimonios, el abogado sostuvo que si el jurado considerara que ocultó su embarazo y mató al bebé por ser éste producto de una violación “queda la posibilidad de que admitan nuestro pedido de inimputabilidad”. Por el contrario, si no lo entendiera así, el acto psicótico sería un “atenuante” de la pena. “El dolo de Romina estuvo encaminado al aborto y no a un homicidio. Y eso tiene una recepción penal como causal de inimputabilidad y podría eliminar la responsabilidad dolosa”, añadió.
La jornada de hoy será clave: declararán tres peritos forenses del caso y uno psicológico solicitado por la defensa. Salvo que haya prórrogas, el jueves de la semana próxima se leerán los alegatos y la sentencia.
Desde el mediodía de ayer, en San Salvador, frente al tribunal donde se lleva adelante el juicio, miembros de la delegación de San Pedro –el pueblo de Tejerina– de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) instalaron una radio abierta desde donde se recordó y analizó el caso, se leyeron las450 adhesiones de instituciones y personalidades de la cultura y se transmitieron cánticos y guitarreadas. Durante las cuatro horas que duró la audiencia hubo unas mil integrantes de ONG de derechos humanos y de las mujeres en las calles. Unas cien personas pasaron la noche acampando en la plaza capitalina.
También hubo concentraciones en Mar del Plata, Rosario, Tucumán y Salta. En la ciudad de Buenos Aires, la CCC y diversas ONG manifestaron su apoyo a Tejerina frente a la sede de la Casa de Jujuy, ubicada Santa Fe al 900. Una bandera ancha como la avenida decía simplemente: “Libertad a Romina”. Para la titular de Amas de Casa del País, María Conti, “el verdadero responsable” es el hombre que la habría violado, el problema es que “la sociedad no le cree a la mujer violada”. En diálogo con este diario, la diputada nacional María Elena Barbagelata sostuvo que “a casos como el de Romina se llega porque no existe un sistema de educación sexual escolar, no hay una ley de reproducción responsable, no se permite la ligadura de trompas y ni siquiera hay programas para víctimas de violaciones. Romina ocultó el embarazo y el parto. Es una tortura silenciada no por la sociedad, sino por las instituciones”.