EL PAíS › CONFESION DE PERREN ANTE EL JUEZ
Asesino sí, ladrón no
Jorge Perren, integrante de los grupos de tarea afincados en la Escuela de Mecánica de la Armada, admitió ayer ante el juez federal Sergio Torres haber dirigido el operativo de secuestro del abogado Conrado Gómez. Perren fue indagado en el marco de la causa que investiga el pillaje practicado por los marinos al mando de Emilio Massera y la trama tejida con el objeto de desapoderar de sus bienes a quienes se encontraban prisioneros en ese centro clandestino de detención.
Si bien aceptó su participación en el allanamiento, Perren negó haberse beneficiado con el robo de los bienes de los accionistas de Cerro Largo, sociedad propietaria de los valiosos terrenos ubicados en Chacras de Coria que pasarían luego a poder del ex almirante. Gómez fue secuestrado en la mañana del 10 de enero de 1977 en su vivienda de la avenida Santa Fe; durante la noche del 11, su socio, el contador Horacio Palma corrió la misma suerte; el 12, fue arrancado de su casa, en Mendoza, el tercer accionista de Cerro Largo, el bodeguero Victorio Ceruti, junto a su yerno Omar Masera Pincolini. No fueron las tierras valuadas entonces en 12 millones de dólares las únicas propiedades rapiñadas por los marinos: se apoderaron de fuertes sumas de dinero, automóviles y caballos de carrera pertenecientes a Gómez. Permanece detenido Eduardo Enrique Massera, hijo mayor del ex almirante e integrante de Misa Chico, la sociedad a la que fueron traspasados los terrenos usurpados.