EL PAíS
Romero Feris, condenado a siete años de prisión e inhabilitado
La Justicia correntina condenó al ex gobernador por malversación de fondos públicos. El gobierno nacional teme la reacción del caudillo provincial, que controla el Senado local y un fuerte aparato político.
Por Raúl Kollmann
El ex gobernador Raúl “Tato” Romero Feris fue condenado en la madrugada de ayer a siete años de prisión e inhabilitación perpetua a ejercer cargos públicos. El fallo tiene en alerta al gobierno nacional, ya que se prevén situaciones inquietantes en Corrientes, donde Tato domina los barrios más pobres y exhibe un gran poder de movilización basado en un aparato poderoso que mueve autos, camionetas y hasta helicópteros. Al mismo tiempo, hay una situación de gran conflicto con los jueces ya que después de la intervención de la provincia todos los magistrados que hoy actúan –incluso los que juzgaron a Romero Feris– están “en comisión”, por lo cual Tato los impugna por inconstitucionales, aunque él mismo bloqueó su designación. El choque político –Romero Feris es el candidato más votado– y el choque institucional –Tato tiene fuerte presencia en el Senado provincial– pueden derivar en enfrentamientos en la calle y en una nueva intervención de la provincia.
La causa por la que fue condenado Romero Feris es asombrosa. El Concejo Deliberante de la ciudad de Corrientes emitió 50 millones de pesos en bonos para pagarles a proveedores del municipio. Siendo Tato gobernador y Jorge Collantes intendente, canjearon esos 50 millones en bonos por diez millones en efectivo en la financiera Comafi. Supuestamente, los diez millones se usaron para pagar sueldos, pero no faltan quienes dicen que buena parte de ese dinero desapareció. Lo concreto es que el canje de bonos por efectivo fue ruinoso y, además, los fondos no se usaron para pagarles a proveedores sino a empleados. Estos hechos fueron la base de la condena de ayer.
La figura de Tato tiene perfiles inauditos. En las encuestas, cerca de un 70 por ciento considera que incurrió en actos de corrupción, un porcentaje similar cree que está bien que lo condenen y también una enorme mayoría está convencida de que al final va a zafar. Quienes siguen los procesos electorales de cerca aseguran que en la primera vuelta de las elecciones a gobernador Tato ganó, pero todo el proceso fue realmente extraño. Las bocas de urna lo ubicaban primero por tres puntos y lo propio ocurría con el escrutinio, pero sorpresivamente el conteo se suspendió y al reanudarse Tato figuraba segundo por un punto. Después, en la segunda vuelta, con Duhalde en el acto de cierre, la alianza entre el radicalismo y buena parte del justicialismo logró imponerse por estrecho margen. El tato-menemismo tiene fuerte inserción en los barrios marginales y, por ejemplo, esta semana hubo intensos cortes de ruta para evitar la sentencia.
La situación de los jueces también impacta. En el Senado, el tatismo consiguió seis bancas, otras seis consiguió el Frente de Todos –la alianza de la UCR con gran parte del PJ– y una banca obtuvo el Frente Cívico y Social, que agrupaba a sectores del Partido Liberal, la UCR y el Frepaso. El candidato original de ese partido para la banca del Senado era un hombre incuestionable, José Enrique García Enciso, pero a último momento fue reemplazado por Miguel Susini. Al día siguiente de asumir, Susini pactó con Tato y por supuesto hoy lo acusan de comprar campos con dinero que no se sabe de dónde viene y de cubrir cheques que había dado antes de la elección también con fondos que no están claros. Lo cierto es que con el voto de Susini, Tato domina el Senado 7 a 6. Esto se traduce en que a los jueces que son propuestos, el Senado no les da el acuerdo y entonces el gobernador Ricardo Colombi los mantiene en sus puestos “en comisión”. Romero Feris, por supuesto, sostiene que los jueces son inconstitucionales.
Todas estas situaciones propias de Macondo terminaron con un fallo dictado a las cinco de la mañana. Los jueces Andrés Pérez, Carlos Simonelli y Facundo Carbajal leyeron la resolución a esa hora, con lo que impidieron la reacción de los tatistas, que la esperaban para la tarde.Todos coinciden en que es muy difícil que se organice una respuesta para el sábado o domingo y lo más probable es que tampoco el lunes Tato, preso en el Escuadrón de Gendarmería, pueda poner a la gente en la calle.
De todas maneras, Romero Feris tiene la capacidad de seguir paralizando la designación de jueces en el Senado y esto traba buena parte del funcionamiento de la provincia. Lo más curioso es que Romero Feris sostiene que tendrá que haber una nueva intervención y el gobernador Colombi amenaza con lo propio. A la convulsión nacional, basta agregarle la convulsión provincial para que todas las luces rojas de alarma aparezcan encendidas.