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El juez Claudio Bonadío rechazó extraditar a Chile a Sergio Apablaza Guerra por considerar que no se cumplieron los pasos procesales dispuestos por la ley argentina. El ex miembro del chileno Frente Patriótico Manuel Rodríguez, acusado en su país de ser el autor intelectual del asesinato del senador Jaime Guzmán y de haber participado en el secuestro del hijo del empresario de medios Agustín Edwards, quedó en libertad y ahora aguarda que se resuelva su permanencia en el país como refugiado político.
Tras analizar durante varios meses el pedido del gobierno chileno, Bonadío resolvió que no se habían cumplido correctamente los pasos procesales establecidos por la legislación argentina. El magistrado hizo hincapié en que el pedido formal de extradición no cumplió con un artículo de la ley de cooperación internacional, que establecía la obligación de presentar una copia de la resolución con la explicación de los motivos por los cuales se sospecha de la participación de Apablaza en los dos crímenes.
Asimismo Bonadío destacó que “no estaba asegurado el debido proceso” judicial contra Apablaza. Según entendió el juez, los delitos que se le imputan al ex miembro del Frente Patriótico son de índole política, con lo cual no puede ser investigado en ausencia, como hasta el momento viene procediendo la Justicia trasandina. Bonadío desestimó así los argumentos presentados por el abogado chileno Gustavo Gené, quien había asegurado que Apablaza recibiría en Chile un juicio con garantías. Tampoco aceptó los planteos de la defensa, que sostenía que los delitos estaban prescriptos y que en Chile existe riesgo de torturas.
Por su parte, Apablaza ayer volvió a apuntar contra la independencia de la Justicia en su país. “¿Qué garantías de imparcialidad tenemos si el Poder Judicial no se renovó y son los mismos jueces que rechazaron los recursos de amparo a mis padres mientras yo estaba detenido y me torturaban en el Estado Nacional?”, expresó durante su último alegato ante el juez Bonadío. “Señor juez: las únicas cicatrices y manchas de sangre que tengo son las de mis torturas y las de miles de compatriotas asesinados por la dictadura. Para ellos lamentablemente la justicia parece muy lejana”, concluyó sin abandonar el tono dramático durante una presentación de casi una hora en Comodoro Py.
Apablaza fue detenido en noviembre por efectivos de Interpol en el partido bonaerense de Moreno. Por decisión de la Corte Suprema chilena, el gobierno vecino resolvió al mes siguiente pedir la extradición para que allí sea investigado por su presunta participación en el crimen de Jaime Guzmán, senador por la conservadora Unión Democrática Independiente, en 1991. También le endilgan haber colaborado en el secuestro de Cristian Edwards, hijo del empresario de medios chileno Agustín Edwards, conocido por haber participado en el golpe contra Salvador Allende en 1973 y colaborar abiertamente con la dictadura de Augusto Pinochet.
Ambos atentados fueron adjudicados al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, uno de cuyos fundadores fue Apablaza. El dirigente se refugió en Cuba en 1974 tras recuperar su libertad y desde la isla se convirtió en una de las cabezas del movimiento organizado para hacer frente a la dictadura de Pinochet. La agrupación virtualmente desapareció con la vuelta de la democracia. Luego, Apablaza habría venido al país, donde vivió varios años con un documento falso bajo el nombre de Héctor Mondaca.
El gobierno chileno informó que el fallo será apelado a la Corte Suprema. Mientras tanto, Apablaza aguarda una respuesta por parte del Ministerio del Interior frente a su pedido para permanecer como refugiado político, instancia que –de ser confirmada por el gobierno argentino– terminaría de frustrar las posibilidades para que sea procesado judicialmente en su país.