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Con cortes en algunos de los principales accesos a Capital Federal y movilizaciones en todo el país, las organizaciones piqueteras del denominado sector duro realizaron ayer una nueva jornada nacional de protesta. Además de reiterar el reclamo por la universalización y el aumento a 350 pesos mensuales de los planes sociales, la medida buscó renovar el acuerdo de unidad entre los movimientos de desocupados, que amenazaron con profundizar las medidas de fuerza en caso de que el Gobierno no atienda sus demandas.
La columna principal integrada por una veintena de agrupaciones –entre ellas el Polo Obrero, el MTD Aníbal Verón, el Frente Popular Darío Santillán y la CCC– arrancó en Retiro y marchó hacia el cruce de Costanera y Salguero, cortando el acceso norte del puerto y la bajada de la autopista Illia. Paralelamente, otro grupo de militantes se concentró en la estación Constitución y se movilizó hasta el puente Nicolás Avellaneda. También fueron cortados el puente La Noria, que une avenida General Paz con Camino Negro, y Puente Saavedra, donde una columna marchó rumbo a la quinta de Olivos. Según destacaron las organizaciones, con la intención de profundizar el plan de lucha se eligieron aquellos puntos donde se registra una mayor circulación comercial. A diferencia de las otras ocasiones, ayer no se cortó el Puente Pueyrredón.
Las movilizaciones también alcanzaron distintos puntos en el conurbano y más de 15 provincias en todo el país. En Formosa, grupos de aborígenes se sumaron a las manifestaciones para reclamar la titularidad de las tierras, ubicadas a diez kilómetros de la capital provincial, donde actualmente vive una comunidad toba. La amplia convocatoria que logró la jornada fue reivindicada por los dirigentes piqueteros, entre ellos el líder y candidato a diputado nacional por el Polo Obrero, Néstor Pitrola. “El amplio número de compañeros significa un refuerzo del plan de lucha. Si seguimos sin tener respuestas tenemos previsto profundizar las medidas en agosto, mes que será decisivo para nuestras demandas”, expresó a este diario el dirigente, sin dejar de pasar por alto el escenario electoral.
Entre los reclamos se incluyó el “casi histórico” –como remarcaron las organizaciones– pedido de universalización y aumento a 350 pesos de los planes sociales. “Se trata del mismo reclamo que venimos haciendo desde la masacre de Avellaneda. Pasaron ya tres años y lo único que tuvimos fue plomo. Nosotros defendemos el trabajo genuino”, se encargó de destacar el titular del MTD Aníbal Verón, Juan Cruz Daffunchio. Además las agrupaciones pidieron la “creación de puestos genuinos de trabajo, a través de un plan masivo de obras públicas y la reducción de la jornada laboral a seis horas”. El abanico de consignas incluso abarcó el rechazo a una suba en las tarifas de los servicios públicos y “el aumento general de salarios equivalente a la canasta familiar que supera los 1800 pesos”.
La situación de los presos políticos de la Legislatura, que el sábado cumplieron un año de detención, no pasó inadvertida por las agrupaciones. En este sentido apuntó Gustavo Giménez, líder del MST Teresa Vive: “La libertad de los presos políticos es un reclamo que venimos sosteniendo desde hace tiempo. El número de presos por hacer reclamos sociales se ha engrosado. Sin lugar a dudas es el mecanismo privilegiado por este gobierno para frenar la protesta social”. El dirigente aprovechó para criticar la falta de respuestas por parte de la administración Kirchner. Ante esta situación, las organizaciones amenazaron con extender y profundizar las medidas de protesta.

Informe: Carolina Keve.