EL PAíS › ESTADOS UNIDOS, LOS BONOS, IBARRA, EL GABINETE, EN EL TANGO 01
Todos los asuntos del Presidente
A su regreso de Venezuela, Kirchner analizó los temas más importantes de la visita y de la Argentina con sus colaboradores cercanos y con un grupo de empresarios que lo acompañaron hasta Puerto Ordaz. Página/12 pudo reconstruir gran parte de esos pareceres.
Por Diego Schurman
Desde Puerto Ordaz
Eran las cuatro de la mañana cuando Oscar Parrilli le estrechó la diestra a Néstor Kirchner. El Aeroparque Jorge Newbery lucía desolado pero el protocolo es impiadoso. Tanto que a pesar del madrugón el secretario general ni siquiera pudo llevarse de recompensa algún comentario de esos que circularon en el Tango 01, durante el regreso de la ciudad venezolana de Puerto Ordaz, en donde el Presidente consolidó su alianza estratégica con Hugo Chávez. No es que no se haya hablado de nada. Al contrario, desde su salida de la República Bolivariana el mandatario desgranó con sus colaboradores más íntimos un rosario de temas, y nombres. Desde Rodrigo Rato, hasta Aníbal Ibarra, pasando por Chacho Alvarez y Angela Merkel.
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Bonos 2015. “Ahora que nos venga a decir algo Rato.” En la escalinata del Tango 01, la voz de Kirchner podía resultar inaudible por el ruido de la turbina. Pero en el círculo áulico todos entendieron el sentido de la alusión al titular del FMI. Minutos antes, junto a Hugo Chávez, el argentino había anunciado la creación de un Fondo Latinoamericano de Financiamiento, aunque buscando afanosamente evitar un tono confrontativo con el organismo de crédito internacional. “Queremos garantizar la solidaridad entre distintas economías”, dijo Kirchner. “Reducirá la dependencia”, se sumó el venezolano. Utilizó una palabra clave. Es que el plan de “desendeudamiento” apunta precisamente a quitarse de encima la carga que resulta el pago de intereses de la deuda. Ahí reaparecen en escena los bonos adquiridos por la República Bolivariana, rebautizados el lunes por Chávez como “Bonos K”. En el trayecto de ida, Julio De Vido había asegurado que Venezuela llevará invertidos 1100 millones de dólares al término del 2005. Pero Kirchner no entró en esos detalles. Hasta se animó a reírse de su ministro de Planificación: “Yo por eso solo ni venía”, dijo sobre su paso relámpago por el Caribe. El Presidente finalmente no develó los números del compromiso en títulos públicos de Venezuela, pero dejó entrever que en el 2006 podría ser mayor al de este año, y además en Boden 2015, que a diferencia de los 2012 colocados hasta ahora son a más largo plazo y su capital se paga al vencimiento.
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Ibarra. No bien partieron de Puerto Ordaz, Kirchner y Alberto Fernández analizaron, a 11 mil metros de altura, las novedades de la jornada, a las que habían estado ajenos hasta entonces debido al full-time que les impuso Hugo Chávez. Sin dudas, el tema sobresaliente fue la marcha de respaldo al suspendido Aníbal Ibarra. “Hubo más de 12 mil personas, gente representativa, eso es importante”, dijo el Presidente sobre la convocatoria. Amén de no coincidir con temas de gestión con el jefe de Gobierno porteño, Kirchner está con bronca contenida por el sendero político que tomó la tragedia de Cromañón. Alguien evaluó que, con el criterio que desplazaron a Ibarra, de la misma manera podrían haber destituido a Carlos Reutemann por la imprevisibilidad de la gobernación de Santa Fe en aquella inundación. “Y, claro, no puede ser lo que hicieron con Aníbal. Realmente me parece una barbaridad”, se quejó el Presidente.
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Chacho. Hace unos días tomó fuerza la posibilidad de que Chacho Alvarez sea la persona encargada de asumir la presidencia de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur. Eduardo Duhalde deberá dejar ese cargo durante la cumbre regional que se realizará el 8 y 9 en Montevideo.
El secretario de Integración Económica, Eduardo Sigal, es uno de los principales impulsores del ex vicepresidente. Una voz calificada, abordo del Tango 01, fue categórica sobre la postura oficial. “Si no es Chacho, no será ningún otro argentino.” Lo que se entendió que el otrora líder del Frepaso es el único candidato que baraja la Casa Rosada.
–¿Chacho se integra al gobierno K? –se le animó alguien al Presidente.
–Chacho, Chacho...mi amigo Chacho –levantó las cejas Kirchner y dejó abierto el interrogante.
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Intereses. En el complejo de Macagua, Chávez se reveló como devoto de Perón. “Yo soy muy peronista, nacionalista.” Kirchner prefirió explicar la excelente relación con el venezolano en términos de “intereses” y no por “ideologismos”. No hubo otro discurso en Manaos, la primera y única escala del vuelo de regreso de la comitiva oficial a Buenos Aires. Sin proponérselo, en el VIP del aeropuerto brasileño, el Presidente se vio rodeado de los empresarios que lo acompañaron en el viaje. Allí volvió sobre el tema, precisamente ante la inminente asunción de Angela Merkel como jefa del gobierno alemán. “Vieron: ahí los intereses comunes están por encima de las peleítas, a tal punto que la derecha y los socialdemócratas se juntaron para garantizar la gobernabilidad. Sabían que eso estaba por encima de todo.”
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Calor empresario. “Lo primero que me dijo Néstor cuando bajó del avión fue lo del gasoducto”, confió Chávez en público sobre lo que pretendía ser un secreto. Después consideró que, si fuera periodista, haría la tapa de los diarios con ese megaproyecto que uniría Venezuela con Argentina y demandaría una inversión de 4000 millones de pesos. Finalmente fue el grano sobre las verdaderas razones que inquietan a George W. Bush:
“¡¡¡No es un conflicto ideológico!!! (con Norteamérica)” “¡¡¡Es la energía... el imperialismo ambiciona ese petróleo para él!!!”. El tema, con menos decibeles y mucho análisis, volvió en una conversación informal de Kirchner con los empresarios, durante la escala técnica en Manaos, cuando éstos le expresaron la previsible reacción norteamericana por la alianza con Venezuela. “Es que, sin dudas, le están quitando mercado a Estados Unidos”, lanzó Carlos Omachea, de Techint. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, sorprendió entonces con datos sobre las oscilaciones del precio del crudo. Una parva de cifras iba y venía en esa ronda que cada vez se hacía más grande, hasta que, en un plasma del salón VIP, la CNN comenzó a hablar de la cumbre Kirchner-Chávez. Los hombres de negocios se quedaron embelesados con esas imágenes, pese a que hora antes las habían presenciado en vivo y en directo, y el mandatario aprovechó para escurrirse rumbo al avión.