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Los ecos de la renuncia de Rafael Bielsa a la embajada en Francia, para la que había sido propuesto luego de anunciar que renunciaba a su diputación, siguen dando qué hablar en uno y otro sentido. Tanto para el constitucionalista Daniel Sabsay como para Eduardo Barcesat, al haber hecho pública su decisión de no asumir la banca, la renuncia es una cosa firme que tendrá que ser definida por los propios legisladores. En discrepancia con este criterio, el constitucionalista Félix Loñ consideró que el pliego de Bielsa nunca fue sometido a consideración del plenario de la Cámara baja y por lo tanto su renuncia no es tal.
Para Loñ, la renuncia de Bielsa, realizada a través de una conferencia de prensa, no representa “una renuncia formal”. Para ser considerada como tal, afirma que tendría que haber sido presentada “en forma escrita” ante la sesión plenaria. Algo que no ocurrió. Más allá de que el tema no fue puesto a consideración de la sesión preparatoria en la que juraron los nuevos legisladores, Bielsa se encargó de señalar que su dimisión no llegó a la mesa de entradas de Diputados porque nunca la presentó.
Loñ consideró que la ausencia de Bielsa en la jura del martes pasado tampoco puede ser tomada como un indicio que dé cuerpo a su renuncia. “No haber estado en la jura significa dejar en suspenso la incorporación. Dio marcha atrás con su nombramiento en París porque recogió la reacción negativa de la gente”, dijo.
Para Sabsay, en cambio, “Bielsa demostró una voluntad de renuncia a través de las declaraciones en los medios de comunicación y su no presentación a la entrega de diploma”. Incluso evaluó que “ahora deberá ser la propia Cámara de Diputados la que tendrá que interpretar si hubo o no renuncia a la banca”.
Anteayer, luego de hacer pública su decisión, Bielsa afirmó: “Creo que sigo siendo diputado y tengo pensado asumir el 10 de diciembre, pero a lo mejor hay algún aspecto reglamentario que desconozco”.
En concordancia con la opinión de Sabsay, para Barcesat “la Cámara de Diputados es juez de la elección y de la validez de los títulos y va a tener que pronunciarse sobre si existió o no renuncia”. Para Barcesat, “la renuncia es un acto jurídico unilateral e incondicionado, que produce plenos efectos una vez exteriorizada la voluntad, siempre que esa voluntad no se encuentre afectada por un vicio del consentimiento: fraude, error, violencia o simulación”. A diferencia de Loñ, Barcesat considera que “la renuncia no puede ser retractada porque es un acto que no está sometido a condicionamiento alguno. Distinto es el caso de alguien que pone su renuncia a disposición de una autoridad superior”. Más allá de la polémica, en el bloque oficialista aseguraron que a Bielsa lo esperan para la próxima sesión.