Esta semana el presidente Néstor Kirchner retomará de pleno la actividad presidencial con una cargada agenda diplomática. El martes recibirá en Buenos Aires al electo presidente boliviano Evo Morales –que viajará desde La Paz en un avión de la flota presidencial argentina– y el miércoles emprenderá una visita de dos días a Brasilia para entrevistarse con el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el venezolano Hugo Chávez. En todas las reuniones habrá tres temas dominantes: las relaciones comerciales bilaterales, los problemas y proyectos energéticos comunes y la delicada situación por la que atraviesa el Mercosur.

Kirchner recibirá el martes al mediodía a Evo Morales en Casa de Gobierno donde compartirán un almuerzo y –según voceros de ambas partes– “establecerán el primer contacto para las futuras relaciones bilaterales”. Ni el electo mandatario boliviano ni el gobierno argentino quieren poner el acento de la reunión en las negociaciones sobre el futuro precio del gas que la nación andina vende a nuestro país. Paralelamente al almuerzo de la Rosada habrá otra reunión en el ministerio de Planificación Federal, entre el ministro Julio De Vido y un representante de Morales con quien empezará a trabajar específicamente sobre ese tema.

La postergación de los encuentros bilaterales con las futuras autoridades bolivianas ya había generado algunos roces entre Planificación y Cancillería. La visita del vicepresidente electo de Bolivia, Alvaro García Linera, se suspendió después de la confirmación de la llegada de Morales a nuestro país. En Planificación querían acelerar los tiempos de las negociaciones para llegar a un acuerdo por el precio del gas que importa la Argentina. Así evitarían que el tema provocara incertidumbre entre empresarios y usuarios. Hasta hubo una reunión entre De Vido, el canciller Jorge Taiana y Claudio Uberti (encargado del ente de control sobre los peajes viales –Occovi– y futuro embajador en Venezuela) para evitar nuevos cortocircuitos.

Morales subirá al avión fletado por la Cancillería –una cortesía que también tuvieron los gobiernos de Brasil y Venezuela– el martes a las cinco de la mañana junto a una pequeña comitiva de cuatro personas. Lo acompañarán su vocero Alex Contreras y especialistas en áreas económicas y de hidrocarburos. A pesar de que se lo había incluido en la visita, García Linera no viajará “por razones de seguridad”. Cuando aproximadamente a las 9,30 horas Evo arribe al sector militar del Aeroparque será recibido por Leonardo Franco, subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería. Aunque la recepción no tendrá el carácter que se brinda a un Jefe de Estado –porque todavía no asumió su mandato– el protocolo será casi similar: con banda de honor, borlas y coche oficial.

El mismo martes por la tarde, Kirchner emprenderá viaje rumbo a Brasilia. Llegará entrada la noche, y ya tiene prevista una cena con Lula. El diálogo rondará sobre el difícil momento que atraviesa el Mercosur. El temario fue acordado por Taiana el 11 de enero en una entrevista que mantuvo con el propio Lula y su par brasileño Celso Amorim. En esa reunión intercambiaron opiniones sobre el comercio bilateral y la Cláusula de Adaptación Competitiva (CAC) que intenta poner salvaguardas al desarrollo industrial argentino frente a la poderosa industria paulista, en productos como la denominada línea blanca de electrodomésticos.

Allí también se habló con gran preocupación del Tratado de Libre Comercio que Uruguay quiere llevar adelante con los EE.UU. Una alta fuente de la Cancillería confió a Página/12 que las quejas de Uruguay por la falta de equilibrio en el bloque tienen mucho en común con las demandas de Argentina a Brasil. Sin embargo, en ese encuentro con Taiana, Amorim reconoció que Brasil se había equivocado al no conceder algunas cosas a la Argentina. “Hay que atender a las economías más chicas del bloque para que también les lleguen los beneficios del desarrollo”, dijeron las autoridades de Itamaraty en aquella reunión.

El 18 al mediodía, Kirchner almorzará con Chávez en Brasilia y entre los temas que abordarán estarán la “integración energética” y el Foro Social Mundial –en su versión latinoamericana– que se realizará en Caracas entre el 24 y el 29 de enero (ver aparte). Este será también un nuevo encuentro trilateral entre las economías más importantes del Mercosur (Venezuela recientemente incorporada como socio pleno), preocupadas porque las asimetrías económicas no hagan fracasar el proyecto de integración.