EL PAíS › LO TOMO DE REHEN UN GUARDIACARCEL CON ANTECEDENTES
Casi matan a Gorriarán Merlo
En un ataque místico, el penitenciario lo secuestró con un cuchillo mientras amenazaba con matarlo a él y a Telleldín.
Por Raúl Kollmann
Con la radio al máximo volumen y el sonido de un predicador evangelista como telón de fondo, un guardiacárcel del penal de Villa Devoto tomó como rehén durante cuatro horas, amenazándolo con un cuchillo en la espalda, al ex líder guerrillero Enrique Gorriarán Merlo. El celador, de apellido Maidana, también amenazó de muerte al principal imputado en la causa AMIA, Carlos Telleldín, cuya celda está al lado de donde ocurrieron los dramáticos hechos. De inmediato, fuerzas especiales tomaron posición en los techos y los alrededores del pabellón de máxima seguridad, pero entonces Maidana resolvió abrir las hornallas de gas mientras mantenía amenazado con el cuchillo a Gorriarán. Al final, el guardiacárcel, acorralado, prendió fuego a un colchón, lo que produjo una violenta explosión y el incendio de la celaduría, que es la antesala de las celdas de los dos presos más importantes del país. Lo más grave es que Maidana ya registraba un antecedente de haber apuñalado a otro guardiacárcel y sin embargo se le encargó la custodia de Gorriarán y Telleldín.
Los hechos ocurrieron en la noche del lunes al martes, cerca de la una de la mañana, y recién terminaron con las primeras luces del día cuando las fuerzas especiales pudieron desarmar al celador. Según las fuentes del Servicio Penitenciario, Maidana sufrió un ataque de locura o de misticismo, algo que se refuerza porque durante las cuatro horas mantuvo la radio a toda potencia con los sermones y prédicas de uno de los pastores brasileños que copan las madrugadas en varias radios.
El guardiacárcel no es el celador habitual de Gorriarán y Telleldín, pero quienes habitualmente cumplen esa función estaban de franco y se le asignó a Maidana la custodia de ambos detenidos. Cuando ingresó a la celda de Gorriarán, de golpe le puso un cuchillo en la espalda, torciéndole el brazo hacia atrás. De inmediato empezó a los gritos, pero sin reclamar nada, sino únicamente amenazando con matarlo a él y a Telleldín, que estaba en la celda contigua, a la que también tenía acceso Maidana. Pero el celador se dio cuenta de que no podía manejar a ambos presos y por ello dejó encerrado a Telleldín y mantuvo a Gorriarán amenazado con el cuchillo mientras seguía gritando. El abogado del Telleldín, Víctor Stinfale, le dijo a este diario que la vida de su defendido no corrió peligro, aunque las escenas fueron de nerviosismo extremo y todo pudo terminar en una tragedia.
El guardiacárcel, siempre con el cuchillo en su espalda, trasladó al jefe del Movimiento Todos por la Patria, hasta la celaduría, una pequeña habitación que está delante de las dos celdas de máxima seguridad de Devoto. Ahí se inició una negociación más que difícil para las fuerzas especiales, que tenían el lugar rodeado con armamento sofisticado y decisión de intervenir. Todos evaluaron que Maidana había enloquecido, lo que convirtió la situación en más delicada todavía.
Cuando Maidana se vio rodeado abrió las dos hornallas de gas de una pequeña cocina que hay en la celaduría, lo que multiplicó los riesgos. Afortunadamente había algunas rendijas que hacían ingresar aire a la habitación, pero la concentración de gas se fue haciendo casi insoportable. En ese momento –ya las cinco de la mañana–, las fuerzas especiales estuvieron dispuestas a intervenir, algo que fue advertido por el guardiacárcel. Fue ahí que Maidana incendió un pequeño colchón que tenía a su lado, lo que provocó un fogonazo que sacudió la noche del penal. Hubo una explosión y de inmediato toda la celaduría empezó a incendiarse. Las tropas especiales ingresaron de inmediato, cuando el cuerpo de Maidana ardía y mientras Gorriarán Merlo, ileso, lograba sacarse de encima al celador.
El guardiacárcel fue detenido y llevado en estado delicado a un hospital para atenderlo de las quemaduras de todo tipo. Horas después intervino la Justicia y, según pudo saber este diario, a Maidana se le imputa nadamenos que intento de homicidio. Tuvieron que declarar ayer los jefes del penal, otros guardicárceles, el propio Gorriarán y, según señaló Stinfale, Telleldín será convocado hoy por el juez. Además, los allegados a Gorriarán –que tiene 60 años– ya tomaron cartas en el asunto, más que preocupados por la seguridad del ex jefe guerrillero.
Lo ocurrido en la noche del lunes es el primer caso de un guardiacárcel que toma de rehén a un detenido. Los responsables del área alegan que se trató de un desequilibrio mental, pero lo cierto es que –según fuentes del Servicio Penitenciario– Maidana registraba un antecedente de haber apuñalado a otro guardiacárcel. A él, se le dio la responsabilidad de custodiar a los dos principales presos del país.