La comunidad judía recordará hoy en el Teatro Colón el 63º aniversario del Levantamiento del Ghetto de Varsovia y rendirá homenaje a los seis millones de víctimas del nazismo. El acto, que se realizará a las 20, tiene fuerte impacto político porque, además del embajador de Israel en la Argentina, Rafael Eldad, el titular de la DAIA, Jorge Kirzembaum, y el representante de la Asociación de Sobrevivientes de la Persecución Nazi, José Moskovitz, el cierre estará a cargo de la senadora Cristina Fernández de Kirchner. Uno de los temas centrales será Irán, cuyo presidente ha hecho reiteradas declaraciones de tono antisemita, de negación del Holocausto, y se despachó con amenazas contra el Estado de Israel. Antes de los discursos habrá una representación artística sobre el levantamiento del Ghetto y la masacre conocida como La Noche de los Cristales Rotos. Entre otros, participarán Lito Vitale, Nacha Guevara, Norman Erlich y Cecilia Milone, quien cantará el Himno Nacional.

El acto entronca con una serie de iniciativas y políticas impulsadas en este año por las Naciones Unidas, que estableció el 27 de enero como Día Internacional de Recordación del Holocausto. Además, el presidente Néstor Kirchner hizo efectivo el compromiso firmado en el año 2000 por Fernando de la Rúa, en Suecia, de impulsar la educación y la memoria respecto del genocidio nazi. En varias provincias la cuestión ya se incorporó como tema en los planes de estudio y también se están dictando cursos sobre el Holocausto en las Fuerzas Armadas y la Policía.

También se abrirá un concurso para la realización del monumento de recordación de las víctimas del Holocausto que será emplazado en Puerto Madero, en la plaza ubicada frente al Faena Hotel. En principio se pensó en instalar el monumento en la plaza del Congreso, pero una ley establece que allí, por ser lugar histórico, no se puede erigir.

La presencia de Cristina Kirchner en el acto oficial de la comunidad judía por el Holocausto tiene una obvia lectura política. Mucho antes de que su marido accediera a la presidencia, la senadora fue la más empedernida cuestionadora de la investigación del atentado contra la AMIA que llevaba adelante el destituido juez Juan José Galeano, a su vez respaldado por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA). Como integrante de la Comisión Bicameral que realizaba el seguimiento de la pesquisa, Cristina se enfrentó con los diputados y senadores del radicalismo y de su propio partido, el PJ, al punto que presentó un informe propio, sumamente crítico, de lo hecho en el caso AMIA.

La senadora siempre reflejó más las posiciones de los familiares de las víctimas que las del juez, la DAIA y los partidos mayoritarios. La relación con la DAIA se enturbió todavía más cuando a Kirchner le dieron en Washington una especie de reconocimiento por su voluntad por esclarecer el caso y la DAIA se opuso. Hoy en día, el vínculo con los familiares y allegados a las víctimas agrupados en Memoria Activa se ha vuelto tenso, ya que existe un difícil diálogo ante la OEA, en Washington, y la gente de Memoria Activa reclama mayores progresos en distintas cuestiones relacionadas con el caso AMIA, entre otras una mayor transparencia en el manejo de la inteligencia y pasos más acelerados en la investigación.

Más allá de las polémicas, el discurso de Cristina será seguido con atención. Primero porque no es tan habitual que sea oradora, al punto de que lo hizo pocas veces durante la campaña electoral. Y también porque es casi seguro que hará mención a la cuestión de los atentados ocurridos en la Argentina, tal vez se refiera a la postura sobre Irán y seguramente hablará del valor de la memoria.