La marcha convocada por “judíos independientes” ante la Embajada de Irán para repudiar “el financiamiento económico” del gobierno islámico al “grupo terrorista Hezbolá” –“que realizó los atentados a la embajada de Israel y la AMIA”– no llegó a destino. Militantes de la agrupación Quebracho cortaron la avenida Figueroa Alcorta e impidieron que los manifestantes pasaran frente a la sede diplomática. “Ningún grupo de jóvenes sionistas” puede reclamar ante la embajada iraní, afirmó el líder de Quebracho, Fernando Esteche, para justificar el bloqueo del paso.

El hecho provocó un fuerte rechazo de dirigentes de la comunidad judía. El presidente de DAIA, Jorge Kirszembaum, salió al cruce de los enfrentamientos que hubo frente a la Embajada de Irán y exigió públicamente “igualdad de derechos para todos los ciudadanos a la hora de manifestarse”. Silvio Rossjasnsky, de la Organización Sionista Argentina, aseguró a la Agencia Judía de Noticias que “ahora la sociedad, la opinión pública y el mundo pueden ver y entender de qué lado está la violencia. Palos y encapuchados no permitieron que personas independientes puedan expresar su rechazo al terrorismo en todas sus formas”.

Los militantes de Quebracho apenas superaban la veintena, pero igual lograron cortar el tránsito, provocar inconvenientes en el barrio de Palermo y frenar la marcha. Representantes religiosos del Islam también estuvieron en la puerta de la embajada iraní en “solidaridad” con ese país y repudiar la marcha que calificaron como una “absoluta provocación”.