Lunes, 30 de abril de 2007 | Hoy
En una multitudinaria marcha sobre el puente internacional, los asambleístas retomaron su reclamo histórico. “Es el clamor de todos los entrerrianos”, sostuvieron allí.
El paso a Uruguay continuó cerrado, pero decenas de miles de manifestantes expresaron sobre el puente General San Martín su rechazo a la instalación de la papelera Botnia en Fray Bentos y la convicción de los asambleístas de Gualeguaychú de que a la compañía finlandesa “no le queda otro camino que relocalizarse porque ése es el clamor de todos los entrerrianos”. Cientos de vehículos arrancaron desde el corsódromo de Gualeguaychú y armaron una larga caravana de 15 kilómetros que transitó la bloqueada Ruta 136 para llevar hasta el puente internacional a decenas de miles de personas –más de 100 mil según los organizadores– que participaron del simbólico “abrazo al río Uruguay” con el que volvieron a repudiar la construcción de la planta de pasta de celulosa. Antes hubo un oficio interreligioso cerca del cruce binacional, y sobre el Arroyo Verde los asambleístas izaron la bandera que desde ahora los identifica en su pelea contra la pastera.
“Botnia es parte de un camino suicida de la sociedad de consumo que lleva al planeta hacia el calentamiento global”, dice el “manifiesto” que los asambleístas leyeron desde el escenario que montaron sobre la cabecera del puente internacional. Luego, el documento agrega: “No se pueden sobreponer derechos económicos, el dinero invertido por Botnia está lejos de toda comparación razonable frente a las 300 mil vidas humanas que habitan la región o frente a los 31.416 kilómetros cuadrados de territorio que van a ser afectados directamente si el emprendimiento funciona”.
Tampoco olvidaron las responsabilidades políticas: “Responsabilizamos al gobierno uruguayo por permitir que esa empresa avance con sus proyectos”, dice la declaración. Allí le recordaron al presidente Tabaré Vázquez una frase del libertador uruguayo José de Artigas: “No entregaré el rico patrimonio de los orientales al vil precio de la necesidad”.
El “manifiesto” también plantea –aunque veladamente– sus críticas a la tardía respuesta del gobierno nacional a sus reclamos: “Venimos con el mismo clamor que se repite desde el año 2003, cuando Botnia aún no había colocado siquiera un ladrillo”, y que “la construcción de Botnia fue autorizada por procesos que no cumplen con los requisitos legales mínimos. Botnia es ilegal y no tiene ni tendrá la licencia social de nuestro pueblo”, destacaba la proclama de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú.
El “abrazo al río” aglutinó a los habitantes de Gualeguaychú y de las localidades entrerrianas de Colón y Concordia, y no pocas delegaciones que llegaron desde distintos puntos del país, como Buenos Aires, Capital y Córdoba. La multitud recorrió y ocupó los tres kilómetros entre la cabecera del puente San Martín y la línea amarilla que demarcó el límite de hasta donde llegaría la movilización. Del otro lado, el gobierno uruguayo desplegó un importante operativo de seguridad que no permitiría “el paso de peatones” sobre el puente internacional.
Por la mañana, en Arroyo Verde –donde se montó el bloqueo que mantiene cortada la Ruta 136 desde el 20 de noviembre– los asambleístas levantaron otro símbolo de su pelea: izaron por primera vez la bandera que identifica a la Asociación Ambientalista de Gualeguaychú. Un enorme mástil dejaba flamear los casi tres metros por cinco de la bandera que sobre un fondo blanco, “en señal de pureza”, pueden verse un hornero y una flor de ceibo, “pájaro y árbol nacionales”, y un contorno verde que representa “la frondosa vegetación de la zona que se busca preservar”, explicó José Paz, un vecino de Gualeguaychú de 94 años y creador de la insignia.
Una multitud comenzó su caminata hacia el puente pasado el mediodía, después de un encuentro ecuménico que se realizó en las inmediaciones del cruce fronterizo. La invocación religiosa, en la que participaron uruguayos que se oponen a la construcción de la papelera española Ence en la localidad de Conchilla, fue oficiada por el obispo de la Iglesia Católica de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, y pastores de las iglesias Luterana y Evangélica del Río de la Plata. Lozano manifestó su preocupación que el conflicto bilateral “lastime la experiencia de vecindad” entre los habitantes de ambos países.
Los asambleístas no ocultaron su entusiasmo por la masividad de la tercera marcha que organizan sobre el paso internacional. “Esta marcha es para demostrarle a Botnia que se tiene que ir de Fray Bentos irremediablemente, que es ilegal y que no tiene la licencia social para instalarse en la región”, dijo el dirigente ambientalista Gustavo Rivolier. En tanto, el coordinador de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú, José Pouler, señaló que la marcha “ha sido la reafirmación de que la lucha ambiental es tomada en serio por la gente”, y convocó a los gobiernos de la Argentina y Uruguay a poner atención en “lo ocurrido hoy en Gualeguaychú”.
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