Los siguientes hechos ocurren entre las 19 y las 19.18 pm. No es seguro que el candidato a jefe de Gobierno de PRO, Mauricio Macri, “mire mucho la serie 24”, como le endilgó Jorge Telerman en el debate de la semana pasada. Pero el diputado de licencia emula el minuto a minuto de ese programa en una carrera contra reloj: 24 propuestas en 24 horas. Sobre el final de la campaña, lo sigue un ejército de candidatos y jóvenes del partido, vestidos con una remera amarilla a lo McDonald’s, con el logo de PRO. El puntapié lo da el estandarte que llevó el empresario durante toda su campaña: la seguridad. Las propuestas ocurren en tiempo real.

19.01. Llega en moto. Se baja. Se saca el casco. Finalmente no es Kiefer Sutherland, el actor de la serie norteamericana. Es Macri. Sonríe.

La sede de PRO es una explosión de carteles amarillo huevo. El escenario está pulcramente preparado: un asiento, una campana con una cinta amarilla y un cartel que reza “24 horas de PROpuestas”.

19.04. Acompañado por su candidata a vicejefa de Gobierno, Gabriela Michetti, Macri recorre un pasillo donde están colgados, con prolijidad, afiches que recuerdan –foto por foto– cada microacto de la campaña: allí se lo ve sonriendo con enfermeras en el Parque Avellaneda, bailando tango en Mataderos. No está la polémica foto con Melina, la nena de su lanzamiento. Las últimas 24 horas repiten y concentran esas recorridas.

19.06. Se sube al escenario. Se quita los pantalones de tela de avión (abajo tiene unos de vestir). Se pone una remera de un amarillo estridente, que dice: “Macri, jefe de Gobierno”. Todos llevan una. Diputados, candidatos, tropa de PRO. Incluso arriba de los trajes y las corbatas. El único que conserva las formas es Jorge Vanossi.

19.07. “No estamos a favor de actos de cierre con clientelismo, coca y choripán”, asegura Macri. Lo aplauden a rabiar. “Lo nuestro es propuesta, propuesta, propuesta”, les aclara.

19.08. “Una propuesta por hora en distintos lugares de Buenos Aires”, titula el líder de PRO y comienza a informar los barrios y las horas. Lee los carteles que le sostienen dos asistentes delante del escenario, como en el prompter de la televisión.

El itinerario recorre la ciudad a toda hora, aunque Macri participa en seis de los veinticuatro actos. A los que menos suerte tienen les tocan los de la madrugada, como al bulldoguista Enzo Pagani, que expone sobre el “plan de empleo” a las 4 de la mañana en Palermo. El primer candidato a legislador, Mariano Narodowski, no la tiene mejor: debe ir a presentar el “plan de atención primaria” a la 1 en Lugano.

19.11. Macri hace sonar la campanita: “¡Empezaron las propuestas!”, exclama. “Vamos a arrancar con las de seguridad”, apunta el empresario, y le pasa el micrófono a Michetti.

19.13. La legisladora plantea una “política de cohesión social en las zonas en las que se vive en forma inhumana, donde el crimen encuentra un lugar para refugiarse y no está el Estado”. Este último es un concepto no muy lejano al mundo de Jack Bauer: se trata de la noción de “territorio sin Estado”, acuñada por el Departamento de Estado norteamericano.

19.15. “Nos vemos en la próxima propuesta”, saluda Macri. Los jóvenes de amarillo corean: “¡PRO!, ¡PRO!, ¡PRO!, ¡PRO!”.

19.16. Le preguntan a Macri quién cree que llegará en segunda vuelta. “Y... Gabriela”, bromea. “No agredimos, hacemos propuestas”, recuerda.

19.17. “¡PRO!, ¡PRO!, ¡PRO!”, gritan otra vez.

19.18. Macri se retira entre flashes de cámaras. Se pone el casco y se vuelve a subir a la moto (no la maneja él). Sale a toda velocidad, porque llega tarde al programa de Susana Giménez (la TV sobre la recta final vale oro). Deja detrás una camioneta de campaña con un parlante. Una voz casi adolescente suelta: “Que los que roban no puedan salir”.