Jueves, 31 de mayo de 2007 | Hoy
EL PAíS › OPINION
Ayer este diario publica una opinión del diputado Miguel Bonasso donde se refiere a “recientes denuncias judiciales” en las que me involucra acusándome de “hacer negocios sucios” con la empresa Sol Group.
No quiero alimentar esta “operación de inteligencia” montada por los señores Miguel Bonasso y Aníbal Ibarra, vinculados al candidato Daniel Filmus, por eso mantuve hasta ahora silencio para no enrarecer aún más esta campaña que llaman “sucia”, pero que es una feroz persecución jurídico–política contra el espacio que conformamos en Autonomía Porteña. Sin embargo, y como prólogo de los argumentos que señalaré ante los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, quiero responder por este medio que:
He sido calumniado, se ha puesto en dudas mi honradez, se ha mentido y se miente descaradamente. Lo hizo el jefe de Gabinete nacional, el abogado Alberto Fernández, sobre contrataciones de publicidad con “facturas truchas” –que no eran tales–, pretendiendo vincular la ciudad con la investigación del caso Skanka, algo así como querer tapar el sol con las manos. Dos días después de la histérica irrupción de Fernández en el Parlamento, Bonasso hizo una denuncia que –a pesar de carecer de imputación delictiva concreta– dejó caer la sospecha sobre mi vinculación con la constitución y operación comercial de Sol Group.
Completaban la denuncia falsa del diputado Bonasso la afirmación de que Sol Group S. A. había iniciado su vinculación comercial con el Gobierno de la Ciudad a partir de la gestión Telerman y que durante ese período había modificado su objeto social para dedicarse a la publicidad (todo documentado en cables de la agencia Télam y en desgrabaciones de programas radiales).
Hasta allí los dichos del jefe de Gabinete y de su aliado todoterreno Bonasso, que interesaron a algunos de los legisladores de la ciudad. Ahora quiero yo decir que, del seguimiento administrativo en las distintas dependencias del Gobierno de la Ciudad en relación a este tema se desprende con claridad que:
El jefe de Gabinete falta a la verdad cuando afirma que el Gobierno de la Ciudad pagó “facturas truchas a una empresa fantasma”. Según documentación obrante, Sol Group emitió facturas reales y es una sociedad que estaba registrada de conformidad a la normativa vigente, tanto en los registros municipales como en los societarios y fiscales.
Sol Group se constituyó, bajo el nombre de Lapecu, en 1981. Ese año trabajaba como periodista en la ciudad de Rosario. Miente Bonasso al pretender vincularme a su constitución. La empresa modificó su objeto social para comercializar publicidad en el año 2004. Ese año yo era el director de Prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores y vocero del canciller Rafael Bielsa, en la presidencia del doctor Néstor Carlos Kirchner. Miente Bonasso entonces cuando pretende vincularme al cambio de actividad de Sol Group.
Asumí como secretario de prensa el 1o de abril del 2006, aproximadamente siete meses después de que Sol Group formalizara su “primera relación contractual” con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Esta contratación de publicidad del Instituto del Juego de la Ciudad de Buenos Aires a favor de Sol Group remite a septiembre de 2005, plena gestión del abogado Aníbal Ibarra y fue tramitada y suscripta por el director Carlos Gómez, ligado al vicepresidente del Banco Ciudad, Pablo Maggioli, un oscuro personaje “en quien Ibarra confía las cuestiones de números”, según señala textualmente el periodista Horacio Verbitsky (Página/12, noviembre de 2005).
Maggioli, el introductor de Sol Group en la Ciudad, está acusado por padres de Cromañón de haber supuestamente pretendido sobornar a legisladores durante el juicio de destitución del ex jefe de Gobierno. No estoy haciendo ninguna imputación sobre este vínculo con Sol Group, dado que su actividad como comercializadora de Ideas del Sur ha sido ratificada por la propia productora en su comunicado de prensa del día 26 de abril. Sólo demuestro, de manera irrefutable, que miente Bonasso al decir que la empresa inició su relación comercial con la Ciudad durante mi gestión o mientras se juzgada a Ibarra. Durante esta gestión se contrataron a través de Sol Group, de Eurocomunicaciones y de Esfinge, espacios publicitarios en programas de Ideas del Sur, Radio del Plata y su entonces FM, Spika. Es decir que la prestigiosa productora, autora de los espacios de mayor ratings de TV, siempre tuvo relación comercial con la Ciudad y que esa relación no varió ni desde el punto de vista cuantitativo (si se analizan los importes contratados) ni cualitativo (producciones televisivas y radiales de enorme repercusión popular).
¿Cuál es la acusación entonces? Bonasso armó una causa de la nada con una falsa imputación por la que lo he denunciado y demandado penalmente, al igual que al abogado Alberto Fernández y al mismo juez Luis Zelaya por el delito de violación de secreto de sumario; y una vez que el juez permita tener acceso a la causa, ya que rige un secreto sumarial que impide ejercer a pleno mi derecho de defensa, también lo denunciaré a Zelaya por el delito de prevaricato y a Bonasso por el delito de calumnia y de falso testimonio en perjuicio de un imputado en causa criminal.
Bonasso no miente inocentemente, ni ha sido inducido a error por Ibarra; él sabe muy bien qué es una operación de Acción Psicológica. Como hombre formado en Inteligencia, sabe que “intentar desestabilizar al enemigo es eficaz en cualquier combate”. No tendrá desde mi lado ese gusto. No voy a hablar sobre él y sus sistemas de lealtades, ya lo han hecho sobradamente sus ex compañeros en algunos libros. Pero la verdad, como los pueblos, “son igual que las aguas, siempre pasan”.
* Secretario de Prensa y Difusión de la Jefatura de Gobierno de la Capital.
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