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El Tribunal de Nüremberg ordenó la detención de los represores Juan Bautista Sasiaiñ y Pedro Alberto Durán Sáenz por el asesinato de la ciudadana alemana Elisabeth Käsemann durante la última dictadura militar. El escrito de la Justicia germana señala que ambos acusados tenían “la potestad de voto sobre el destino de los detenidos”.
El mismo tribunal ya había reclamado la detención y luego la extradición del jefe de Sasiain y Durán Sáenz, el ex general Carlos Guillermo Suárez Mason, pero el gobierno argentino rechazó su traslado a Nüremberg.
Durán Sáenz fue jefe del centro de torturas “El Vesubio”, donde sobrevivientes atestiguaron haber visto a Käsemann. Sasiaiñ fue comandante de la subzona donde se encontraba ese campo de concentración.
Käsemann fue secuestrada entre el 8 y el 9 de marzo de 1977 en Buenos Aires. Fue conducida a un cuartel militar en Palermo y luego al Vesubio. El 26 de mayo de 1977 Suárez Mason informó públicamente de un “enfrentamiento” en el que murieron 16 personas, entre ellas, cuatro mujeres. Una de ellas era la joven alemana. En realidad, Käsemann fue esposada y encapuchada y llevada por fuerzas de seguridad a la localidad de Monte Grande, en la provincia de Buenos Aires, donde fue asesinada con tiros en la nuca y la espalda, disparados a quemarropa. Su padre pudo luego recuperar el cadáver, que tenía claros signos de haber sufrido terribles tormentos.
El nuevo gobierno de Eduardo Duhalde aún no se expidió públicamente sobre la posición que asumirá respecto de los pedidos de extradición de militares argentinos acusados de violaciones a los derechos humanos. Pero tanto el Presidente como el ministro de Justicia hicieron declaraciones que indican que no se haría lugar a los requerimientos de los tribunales extranjeros.