Sábado, 18 de agosto de 2007 | Hoy
EL PAíS › EMPEZO EL JUICIO POR CALUMNIAS E INJURIAS DE HECTOR ANTONIO CONTRA CARRIO
La candidata a presidenta de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien pidió que se investigue al empresario pesquero por el homicidio de Raúl “Cacho” Espinosa, otro ejecutivo del sector, empezó a ser juzgada ayer. Denunció vínculos con el kirchnerismo.
Por Werner Pertot
Bien temprano, como hace siempre, Lilita fue a misa. Desde allí marchó hacia su primer juicio por calumnias e injurias. Y se vio cara a cara con el empresario pesquero Héctor Antonio, quien le inició la querella cuando lo señaló como uno de los posibles instigadores del asesinato de otro ejecutivo del sector, Raúl “Cacho” Espinosa. La candidata a presidenta de la Coalición Cívica ratificó sus dichos, aunque indicó que no le imputó ningún delito a Antonio, sino que sugirió a la Justicia una línea de investigación. Sus abogados pasaron en el juicio una grabación en la que la viuda de Espinosa señaló a Antonio como “la cabeza de todo esto” y lo mencionó al ministro de Planificación, Julio De Vido, al empresario de medios kirchnerista y ex chofer Rudy Ulloa Igor, y al ex titular del Occovi Claudio Uberti, involucrado en el caso de la valija venezolana.
Según Carrió, Espinosa se acercó a ella y le aseguró que tenía pruebas sobre “la mafia y la corrupción” del ámbito empresarial de la pesca. Le aseguró que Conarpesa estaba estrechamente vinculada al presidente Néstor Kirchner y al financiamiento de su campaña. El 30 de enero de 2003, Espinosa fue baleado cuando llegaba a su casa en Puerto Madryn. La investigación pasó por 14 jueces y los tres imputados terminaron sobreseídos.
“Nosotros vamos a estar en el banquillo de los acusados y los que roban y asesinan están todos libres”, dijo Carrió cuando llegó al tribunal del juez Luis Schlegel, en el que enfrenta una pena máxima de tres años y medio y una multa. No estuvo sola. La esperaban militantes de la Coalición Cívica para darle su apoyo. Algunos, que esperaron firmes las cinco horas del proceso, llevaban carteles que decían “No robar”, “No matar” y “No mentir”.
“Yo soy inocente, no cometí ningún delito. No me escudo en ningún privilegio, me escudo en la verdad”, planteó Carrió al comienzo del juicio y recordó las otras querellas que le iniciaron el presidente de Conarpesa, Fernando Alvarez Cornejo, y De Vido. “Hay una suerte de íntima conexión entre los tres porque De Vido es amigo de Antonio”, afirmó. Como si necesitara una prueba práctica, ayer se anunció un cuarto juicio, por parte del ministro del Interior, Aníbal Fernández (ver aparte).
La candidata recordó que visitó Puerto Madryn en enero de 2003 y que “la ciudad estaba llena de carteles Kirchner-Conarpesa”. “Yo nunca le imputé delitos al señor Antonio, sino que planteé a la Justicia una línea de investigación”. A saber: que Espinosa no quería vender su parte de la pesquera San Isidro y que por eso lo asesinaron.
El abogado de Antonio, Jorge Sandro –que se hizo conocido por defender al cura Julio César Grassi y al ex custodio de Alfredo Yabrán, Gregorio Ríos, en el caso Cabezas– pasó un compilado de entrevistas televisivas en las que Carrió habló de Antonio. El segundo video se le trabó. “Quédese tranquilo. Yo reconozco esto”, le dijo Carrió. También le mostró un ejemplar de la revista Veintitrés, donde decía que “la pesca es un lugar de prebendas”.
–Y me faltó agregar “y muy corrupto”. Pero lo agrego acá –dijo ella.
La defensa pasó una grabación de la viuda de Espinosa, Lorena Gabarrus, quien contó que tras la muerte de su marido la llamó Antonio para comprarle su parte de la pesquera San Isidro. También afirmó que “todas las pesqueras pusieron plata en la campaña electoral de Kirchner” (ver recuadro).
Estaban previstos cinco testigos, pero uno de los amigos de Antonio se declaró enfermo, y los periodistas Luis Majul y Andrés Klipphan no fueron notificados en tiempo y forma. Así que asistió exclusivamente Mariano Grondona, quien dejó su granito de arena: “No me pidieron el video. Esto me lo pueden haber editado”, afirmó.
A su tiempo, Antonio –hijo de Jorge Antonio, un histórico del peronismo– aseguró que nunca estuvo imputado por el asesinato de Espinosa. “La doctora Carrió me metió gratuitamente en el tema”, dijo. La defensora de la ex diputada, Mariana Spilman, le insistió sobre la compra de San Isidro, hasta que le exhibió un documento y terminó por reconocer: “Yo compré la parte de Alicia Martínez (primera esposa de Espinosa) y los tres hijos”. Dijo que la compró para Juan Alvarez Cornejo, padre de Fernando, y uno de los dueños de Conarpesa. También le preguntaron por la compra de una yegua a la que Antonio le puso “La Karrió”.
–¿La compró solo? –indagó la defensora.
–No. Con Alvarez Cornejo, porque era muy cara y no tenía plata. Pero bueno, la doctora se merece una yegua cara –provocó Antonio.
“¡¡Quedó lindo!!”, retrucó Lilita. Su defensora insistió: “¿Para qué la compró?”.
–Para demostrarle a la doctora Carrió que todos son vulnerables a lo que ella dice.
La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, presentó un casete con el diálogo que sostuvo con la viuda de Raúl “Cacho” Espinosa, Lorena Gabarrus, en febrero de 2004. Aquí los principales fragmentos:
Elisa Carrió: –En el tema del crimen, ¿vos pensás que hay algo más que los Alvarez?
Lorena Gabarrus: –Sí, Héctor Antonio. Es la cabeza de todo.
E. C.: –¿Cómo lo conoce Cacho Espinosa a Rudy Ulloa?
L. G.: –Como Cacho le pone “Kirchner” al auto de carrera, se acerca Rudy.
E. C.: –¿La primera vez que le pide plata para la campaña es esta vez?
L. G.: –Sí, cuando fue por la Presidencia, antes no.
E. C.: –¿Quién pide? ¿Rudy?
L. G.: –Rudy. Sí, si quería colaborar le podría dar unos permisos de pesca. Después le ofreció como un negocio chiquito una línea urbana de Río Gallegos, y Cacho le dijo que no, que era a cambio de nada.
E. C.: –¿Y en cuánto se pactó?
L. G.: –Sesenta mil dólares. Se hicieron tres pagos.
E. C.: –¿Y a quién se le hacían los pagos?
L. C.: –A Rudy una vez y después a Uberti (...) Para el último pago llamaba Uberti. Y llamaba y llamaba. El pago se le hizo a Uberti.
E. C.: –¿Cacho sabía de la relación de Conarpesa y Kirchner?
L. G.: –Sí, y por eso le quitó la publicidad al auto.
E. C.: –Y ahí Cacho le contó todo lo que era Conarpesa...
L. G.: –Todo, todo lo que le había pasado a él. La quiebra fraudulenta, los permisos truchos y cómo hacía quebrar a los proveedores. Nosotros pensábamos con Cacho que De Vido utilizó toda esa información en exceso que le dio Cacho para pedirle ayuda en la campaña.
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