El presidente Néstor Kirchner tendrá cosas mucho más mundanas de qué preocuparse si su esposa Cristina Fernández lo llega a reemplazar en el sillón de Rivadavia. “Nunca se fue de casa. Pero si se iba, le cerraba la puerta y no entraba más”, dijo la candidata sobre su esposo en una entrevista que concedió a Radio 10 y que también se grabó para el canal de noticias C5N, y que luego se reprodujo por la FM La Mega, es decir, los medios del empresario Daniel Hadad.

En la residencia de Olivos, los entrevistadores Oscar González Oro y Beto Casella buscaron no sólo las definiciones políticas, sino que husmearon en la intimidad de la candidata, que accedió a mostrar su perfil doméstico en el final de su campaña. Por ejemplo, repasó algunas anécdotas de 32 años de matrimonio con Kirchner y los apenas seis meses de noviazgo. “Cuando llegó a mi casa, mi padre casi se muere”, dijo Cristina al recordar la presentación formal de su novio ante la familia Fernández. Después detalló el porqué del asombro paterno: afirmó que, de joven, el hoy presidente “tenía un look Mayo Francés” y abrió paso a la imaginación de los oyentes. Luego elogió a su esposo: “Una nunca se aburre al lado de él”, afirmó.

“¡Este se cree que está en Bendita TV!”, le dijo una descontracturada Cristina Fernández a Casella, cuando el conductor del programa chimentero de Canal 9 insistía en las preguntas de tono intimista. Pero la candidata tampoco puso demasiada resistencia. Contó que llegó a consumir dos atados de cigarrillos por día, pero que dejó hace 20 años, y que nunca probó marihuana, a pesar de su juventud en los convulsionados y contestatarios ’60. “Tengo mucha fuerza de voluntad. Kirchner fumaba cuatro atados por día, tenía las manos amarillas, tiraba las cenizas afuera de los ceniceros, dejó 3 o 4 años después que yo. El dice que lo único de lo que se arrepiente en la vida es de haber fumado”, relató.

Luego la consultaron sobre su preocupación por el aspecto físico, sin dar mayores detalles: “Me preocupa otra parte de volumetría del cuerpo que no te puedo decir porque estamos en el horario de protección al menor”, contestó. La senadora aseguró que nunca se hizo una cirugía plástica, aunque reconoció que tampoco lo descarta con el paso de los años: “No digo que no me las vaya a hacer, cuando se me caiga la cara”, respondió.

La candidata también bromeó sobre su carácter y el del Presidente. Dijo que se levanta “normalmente de buen humor hasta que leo los diarios”, aunque reconoció que “de mal humor por ahí hay otro más insoportable que yo”, en referencia a su marido. Después habló sobre sus hijos y su papel de madre. Planteó que no es una mamá “controladora”, pero que le gusta “saber qué están haciendo sus hijos”.

Cristina confió que le pidió a Florencia –su hija menor, de 17 años– que no subiera su fotolog a Internet, pero que la adolescente le replicó que iba a seguir haciendo la misma vida que sus amigas, a pesar de ser la hija del Presidente. “Me pareció tan racional y sensata que dije: ‘Ma, sí’.” Pero se quejó de los medios de prensa que mostraron el blog y señaló que esos medios “deberían contemplar las convenciones internacionales que protegen a los menores de edad”.

Reconoció que, en relación con sus hijos, tecnológicamente es “una analfabeta”, y que dejó de usar celular en 2003, cuando su esposo llegó a la Casa Rosada. Reacia para atender a la prensa y selectiva a la hora de conceder entrevistas, tanto que recién al final de la campaña aceptó concederlas, Cristina Fernández se mostró abierta a las preguntas personales. Aunque confiada en un triunfo “seguro”, que avalan las encuestas, la candidata reconoció que en el último tramo de la campaña electoral todo suma.