Miércoles, 26 de diciembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › LA IZQUIERDA HACE UN BALANCE DE UN AÑO MAGRO EN LO ELECTORAL
El PTS realizó una convocatoria a la unidad que fue recibida con frialdad. La expectativa está puesta en enfrentar el pacto social K.
El 2007 se va, y para la izquierda es momento de realizar balances y evaluar reagrupamientos. Por un lado, luego de los magros resultados obtenidos en las urnas de octubre, renacen como cada año las propuestas para la construcción de “un partido revolucionario común”. Sin embargo, por ahora las expectativas de la mayoría de las organizaciones están depositadas en volver a las calles y a la “unidad en la lucha”, donde siempre les resultó más simple confluir. Su rival, sostienen, será esta vez el pacto social.
“Nosotros planteamos un agrupamiento no sólo de los partidos de izquierda, sino de todas las organizaciones combativas de los trabajadores contra el pacto social, en contra de la política para consolidar las ganancias de los empresarios”, asegura Christian Castillo, del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). El llamado no es casual, ya que fue justamente su partido el último en convocar, por medio de una carta enviada al Partido Obrero (PO), Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Al Socialismo (MAS), a la conformación de un partido unitario.
Sin embargo, desde el MAS no recibieron con mucho optimismo la convocatoria: “Es el llamado clásico de cada Navidad”, respondió Martín González, dirigente de la juventud del partido. La desconfianza radica en que se trata de una consigna que, de tan repetida, ya suena a vacía. Así es que si bien González dice coincidir en la urgencia para el armado de un “movimiento político de los trabajadores”, no cree que esta invitación sea la que derive finalmente en la tan añorada unidad.
El Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) no recibió la carta del PTS. Morenistas ellos, su estrategia en los últimos años consistió en acercamientos a referentes no estrictamente trotskistas. Primero formaron junto al Partido Comunista Izquierda Unida, en 2005 presentaron como senador a Mario Cafiero, luego fueron junto al actor ex zamorista Héctor Bidonde, y en octubre se acercaron a Fernando “Pino” Solanas. Pero la alianza fracasó ya que, explica su ex candidata presidencial Vilma Ripoll, el cineasta exigió la disolución del partido para presentarse conjuntamente.
Pero Ripoll prefiere dar otro debate. Es por eso que cuando habla hace hincapié en el conflicto que, según ella, es inminente: “El pacto social enfrentará directamente al Gobierno y a los trabajadores. Es por eso –sostiene– que le pegan al subte, le pegan al Indec, al casino. Quieren domesticar a los obreros para que pase su proyecto”.
En la misma línea, el también ex candidato presidencial del PO, Néstor Pitrola, afirma que “éste es un momento de transición, y resulta evidente que el Gobierno ataca a las organizaciones independientes porque quiere disciplinar. De acá a marzo va a haber mucha disputa, ya que la gente va a querer defender su posición salarial”, vaticina. Y agrega: “Se viene una crisis, porque nosotros no vemos quince años de prosperidad”.
Para el dirigente, el actual gobierno debe ser caracterizado “como semiprogresista y seminacionalista pendulante entre Lula y Chávez”. Si bien Pitrola reconoce que “muchos de los trabajadores votaron por el oficialismo”, analiza que en los últimos tiempos “la polarización estuvo del lado de las luchas sociales, obreras, docentes, estudiantiles. El problema –admite– es que el lugar que tenemos ganado por nuestro partido y por las conducciones combativas no lo hemos podido traducir al plano político”.
La unidad es un tema central cuando se habla de la izquierda. Sin ir más lejos, en octubre se presentaron cinco boletas distintas que intentaron captar el voto del sector y, todas juntas, sumaron sólo un 2,6 por ciento del electorado. Ante este contexto, las organizaciones se preocupan en poner el acento en la capacidad de movilización conjunta y en las florecientes “conducciones combativas” dentro de los sindicatos.
“Muchos dicen que después de las elecciones la izquierda obrera y socialista retrocedió. Pero eso es mentira. Si tenemos en cuenta el peso real que conseguimos en cada una de las luchas, se puede ver cómo estamos avanzando”, se entusiasma Castillo. “Fijate que la izquierda es la que está en las nuevas direcciones por fuera de las burocracias, que son las protagonistas de todos los conflictos”, coincide Ripoll.
Informe: Diego González.
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