Miércoles, 26 de diciembre de 2007 | Hoy
EL MUNDO › LA NAVIDAD PASO SIN LA LIBERACION DE LOS TRES PRESOS DEL GRUPO REBELDE COLOMBIANO
Cuando en Venezuela y Colombia todo resultaba especulaciones y rumores sobre el destino de los secuestrados de la guerrilla, llegó un anuncio desde Miraflores. El presidente venezolano dirá a la prensa cuál es la fórmula para la entrega de Clara Rojas, su hijo Emmanuel y Consuelo González.
Por Eduardo Febbro
desde Caracas
Las esperanzas fueron más generosas que la realidad. Clara Rojas, su hijo Emmanuel y la congresista Consuelo González no salieron de las barreras del secuestro o, al menos, si están libres, no fueron aún entregadas a sus familias ni presentadas a la opinión pública. La expectativa que había desencadenado el comunicado de las FARC donde la guerrilla colombiana anunció que la orden de liberar a los tres rehenes había sido impartida, más la fecha del mismo, 9 de diciembre, el destinatario de la “liberación”, el presidente venezolano, y la posterior intervención de Hugo Chávez, quien dijo que la liberación sería “buen regalo de Navidad”, tornaron casi como un hecho que los rehenes pasarían las fiestas con sus familias. Nada de ello ocurrió. La Navidad transcurrió sin ellos, Chávez no dijo una palabra y se fue a pasar la fiesta navideña en el Estado de Barinas cuyo padre es el gobernador, al tiempo que la senadora colombiana Piedad Córdoba dejó Caracas diciendo que la liberación sería en un plazo de 48 horas. Recién ayer por la mañana surgió la primera información auténtica dentro de lo que fue una avalancha de rumores y especulaciones: el ministro venezolano de Información, William Lara, anunció que el presidente Chávez ofrecería hoy una conferencia de prensa en el Palacio de Miraflores a fin de tratar el tema de la “fórmula para la liberación de los tres retenidos”.
Hasta ese entonces, todas las hipótesis seguirán abiertas. Cabe recordar que el mandatario venezolano ya había empleado el término de “fórmula” y “plan” al evocar la suerte de los rehenes. Durante su estadía en Cuba, Chávez había dicho “ya tenemos una fórmula para la liberación”. Ayer, una fuente gubernamental adelantó que los rehenes estarían libres “antes de finales de año” pero el diario progubernamental VEA calcula que habrá que esperar hasta el 6 de enero, es decir, en vez de Navidad los Reyes Magos. Consuelo González fue abuela, se quedó viuda y perdió su mandato de congresista en estos años de secuestro, mientras que Clara Rojas tuvo un hijo en cautiverio. Junto a la franco-colombiana Ingrid Betancourt, el senador Eladio Pérez y otros tantos seres humanos secuestrados por las FARC, las dos mujeres cuya liberación se espera de un momento a otro cayeron en la fosa del secuestro en un contexto muy crítico. El 28 de junio de 2001, el jefe militar de las FARC, el Mono Jojoy, anunció que las FARC empezarían a secuestrar a políticos con el objetivo de presionar al gobierno para que éste acepte negociar un intercambio humanitario... semejante al que está en juego hoy.
El destino quiso que Consuelo González, de quien se dice no está en buen estado de salud, fue durante largo tiempo la rehén menos conocida debido al momento en que se produjo su secuestro: el 10 de septiembre de 2001, un día antes de los atentados contra las Torres Gemelas. Ingrid Betancourt cumplió ayer 46 años de edad. Su actual marido, Juan Carlos Lecompte, arrojó 22 mil fotografías de sus hijos Lorenzo y Melanie como regalo de Navidad y de cumpleaños (ver aparte). Lecompte alquiló una avioneta con el dinero que le facilitó el cantante francés Renaud y con ella sobrevoló los departamentos de Vaupés, Guainia y Guaviare, donde según versiones convergentes estarían varios de los secuestrados por las FARC. Las fotos fueron repartidas sobre pequeñas localidades indígenas que lindan con múltiples ríos de la región y que conectan a Colombia con territorios de Brasil y Venezuela.
En los territorios venezolanos donde muchos apostaron que iba a producirse la liberación no se constató ningún movimiento militar significativo, a no ser el revuelo provocado por los numerosos periodistas que se desplazaron a las regiones fronterizas, sea en Barinas o en el Estado Amazonas, lugar estratégico por cuanto tiene frontera con los departamentos colombianos de Vichada y Guainía. En ambos departamentos hay muy poca población y es por esas latitudes en donde el ejército colombiano situó el eje en el cual se movía el frente de las FARC que tiene en su poder a los secuestrados. La zona fronteriza colombo venezolana es un amplísimo boulevard a través del cual los grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y delincuentes comunes se desplazan con mucha comodidad. Tal vez hoy el presidente venezolano revele al fin la “fórmula” de la libertad y quiénes intervienen en ella. Caracas era, ayer, un enjambre de rumores y desinformación. Alguien incluso contó que Clara Rojas estaba siendo atendida en un hospital de la capital antes de ser liberada. La verdad pondrá fin a las especulaciones y a la sensación de que, en esta historia, algo ha dejado de estar en su lugar.
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