Tras un día de silencio, análisis y debate interno que lo encontró ensimismado junto a la Presidenta en Olivos, Néstor Kirchner convocó a la mesa de conducción del Consejo Nacional del PJ a la sede partidaria de Matheu 130. Con 25 de los 27 miembros presentes, los dirigentes del justicialismo decidieron dar una respuesta pública a los discursos que se habían escuchado en el acto de Rosario convocado por las cámaras patronales del campo. La respuesta se difundió a través de un documento que había escrito el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y que se terminó de redactar durante la reunión. De tono durísimo, el documento abundaba en acusaciones graves. El texto final fue leído por el gobernador chaqueño, Jorge Capitanich. Entre otras críticas, el documento acusó a las entidades del agro de estar impulsando un “ataque antidemocrático con ánimo destituyente y falta de respeto a la voluntad popular”, calificó como “lockout salvaje e interminable” sus protestas, les reprochó invocar el diálogo cuando “simplemente desacreditan o conciben a las autoridades electas como un obstáculo” y defendió las retenciones como un instrumento válido y legítimo del Estado para impulsar la redistribución del ingreso.

La reunión en la sede partidaria de Matheu al 100, barrio de Once, había sido convocada por el propio Kirchner luego de que se suspendiera la negociación con los ruralistas. Iba a ser su primera actividad oficial en las oficinas centrales del PJ. Cuando llegó Kirchner en un auto con vidrios polarizados –eran las 17.20–, el paisaje comenzaba a prepararse para una jornada de fervor K. Desde bien temprano, la agrupación juvenil La Cámpora se había instalado en la calle y colgado banderas frente al edificio. El ex presidente subió al cuarto piso, donde esperó al resto de los miembros del Consejo Nacional, que fueron llegando en tandas, algunos en autos polarizados, otros caminando con algún colaborador. La primera sorpresa la dio el gobernador chubutense Mario Das Neves, quien apareció tranquilamente con su vocero por la vereda de Matheu.

–Usted hizo varios cuestionamientos. ¿Mantiene sus críticas? –le preguntaron.

–Las cosas que dije las sigo pensando. Tengo libertad de pensamiento.

Un primer indicio sobre el tono que tendría el documento habían sido las palabras del ministro de Planificación, Julio De Vido, en un acto al mediodía ante los gremios del transporte (ver recuadro). El mismo tono volvió a escucharse cuando el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, apareció frente a la sede del PJ. “Le pido a la gente del campo que se siente de una vez por todas a dialogar, que dejen de molestar a la sociedad en su conjunto y piensen en el país”, dijo a los periodistas.

El auditorio se fue completando con pequeños intervalos, y hacia las 18 ya se encontraban todos los vicepresidentes y secretarios del PJ salvo la diputada Beatriz Rojkés, esposa del gobernador José Alperovich, quien se encontraba fuera del país. El organizador de la reunión, que se había encargado de hacer las invitaciones, fue el asesor presidencial Juan Carlos “Chueco” Mazzón. A pesar de ser los principales afectados por el conflicto con las cámaras patronales del campo, todos los gobernadores que forman parte del Consejo asistieron a la reunión.

En la mesa del cuarto piso se sentaron Capitanich, Sergio Urribarri (Entre Ríos), Juan Manuel Urtubey (Salta), José Luis Gioja (San Juan), Mario Das Neves (Chubut), Celso Jaque (Mendoza), Walter Barrionuevo (Jujuy) y Oscar Jorge (La Pampa). Cuando faltaban pocos minutos para las 20 y la reunión ya llevaba dos horas, Urribarri y Das Neves aparecieron junto a Capitanich ante las cámaras y los micrófonos. Los tres habían sido designados para leer el documento y responder las consultas de los periodistas (que fueran sólo cinco preguntas por decisión de los organizadores). La presencia de Urribarri fue destacada por sus propios compañeros: había asistido justo el mismo día en que su antecesor y padrino político, el ex gobernador Jorge Busti, presentara la renuncia a la presidencia del PJ de Entre Ríos.

La charla comenzó con una arenga de Kirchner sobre el conflicto con el campo en la exhortó a desplegar a la militancia del PJ por todo la Argentina. También convocó a trabajar por la unidad del partido y adelantó que recorrerá el país “pueblo por pueblo”. El encuentro siguió con un balance sobre la negociación con el campo que hizo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Valiéndose de un powerpoint y de su computadora portátil, Fernández explicó las mejoras que logró el campo en los cinco años de gestión K: uno de los datos que citó fue que desde 2003 a la fecha se habían duplicado la cantidad de sembradíos. Los gobernadores elogiaron la exposición del jefe de Gabinete y agregaron datos propios. También hubo durísimas críticas a Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli: sus discursos en Rosario fueron interpretados como desafíos de corte “golpista”.