Jueves, 12 de noviembre de 2009 | Hoy
EL PAíS › AVANCES EN LA INVESTIGACIóN
Por I. H. y R. K.
La Justicia ya tiene indicios de otros dos casos de personas espiadas con la conocida treta que tiene como protagonista a Ciro James: causa descabellada en Misiones, pedido de un juez a la SIDE para que se realice la escucha y retiro de las cintas por parte del espía que reportaba a Jorge “Fino” Palacios. Se trata de un poderoso empresario de un grupo multinacional, pero el motivo no sería estrictamente comercial, sino una disputa con su hermano. Y el segundo caso correspondería a un famoso anticuario, conocido nacional e internacionalmente, y el motivo estaría relacionado con su divorcio. Por otra parte, ayer volvió a declarar el yerno de Franco Macri, Néstor Daniel Leonardo, y su abogado, Eduardo Conde. Leonardo luego sufrió un ataque (ver nota principal).
Tal como adelantó Página/12 hace una semana, el listado de espiados no se limita a los ocho que se conocen: Sergio Burstein, integrante de Familiares de la AMIA; Carlos Avila, empresario televisivo; su yerno, Federico Infante; dos gerentes de Supermercados Coto; el abogado Francisco Castex, del estudio Iribarren y Abraham Perelman, directivo de Alto Palermo. Sin embargo, hay casi treinta teléfonos más, con escuchas solicitadas en forma sospechosa, y que están siendo analizados por el juzgado de Oyarbide.
Los dos casos prácticamente confirmados son los del empresario de la multinacional, enfrentado con el hermano y el anticuario en proceso de divorcio. Por ahora, los investigadores no quieren revelar si el espiado fue el empresario o su hermano y tampoco si la escucha se realizó en el teléfono del anticuario o en el de su esposa. Todo eso se conocerá en los próximos días.
Por otra parte, ayer hubo cuatro declaraciones en la causa judicial. En primer lugar declararon el propio Néstor Daniel Leonardo, yerno de Franco Macri (ver nota central), y su abogado, Eduardo Conde, a quienes le pidieron testigos sobre las amenazas de Franco Macri. Ambos aportaron nombres de personas que estuvieron presentes o a las que les contaron en aquel momento de los supuestos aprietes del jefe del clan Macri. El abogado Conde relató en el juzgado que el suegro de Leonardo le advirtió que se alejara del caso porque de lo contrario le enviaría a integrantes de la mafia china.
También ayer declararon dos policías misioneros de alto rango. El comisario inspector de Homicidios, David Amaral, y el superintendente de Investigaciones, comisario general Antonio César Fernández. Ambos fueron sucesores de los policías que hoy están procesados por participar de la operación ilegal de espionaje, el ex jefe de Homicidios, Raúl Rojas, y el ex superintendente de Investigaciones, Rubén Quintana.
Amaral y Fernández coincidieron en que los teléfonos a intervenir eran señalados por James y que se incluían en las causas judiciales como una pista más. Luego el oficial de Inteligencia misionero, Diego Guarda, le hacía el pedido de intervención a los jueces. En una palabra, los oficiales misioneros ratifican que, en realidad, toda la operación de espionaje era manejada por James y que las escuchas que se le pedían al juez eran las que surgían de James. Esto contradice –como era previsible– lo que declaró el propio James, un hombre del riñón de Fino Palacios, quien afirmó lo contrario: que la iniciativa y la investigación era de los policías misioneros y que él se limitó a darles una mano retirando las cintas. Las pruebas van demostrando que, efectivamente, James marcaba los teléfonos a intervenir, retiraba las escuchas y ni siquiera las mandaba luego a Misiones.
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