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Lo que los senadores opositores prometían como un acuerdo sencillo terminó convirtiéndose en un enredo que todavía no pudieron resolver. Los representantes de la oposición en la Cámara alta tuvieron un intenso día de negociaciones para repartirse los cargos de las trece comisiones que exigen para sí en el Senado y confeccionar un acta acuerdo, algo que finalmente no pudieron concretar. Después de que el martes se suspendieran por tiempo indeterminado las conversaciones con el oficialismo, la oposición no logró diagramar la grilla de comisiones, tarea que a última hora decidieron postergar para hoy a la mañana.

Aunque el escenario es bastante menos complejo que en Diputados –en esa cámara las comisiones son 45 y tienen una cantidad de integrantes superior–, acomodar los 15 casilleros de las 25 comisiones, con sus respectivos presidentes, vices, secretarios y vocales complicó la unidad estratégica de la UCR, el PJ disidente, la Coalición Cívica, el socialismo y el bloque de seis miembros conducido por el pampeano Carlos Verna.

Hasta ayer se mantenía la idea de otorgarle doce comisiones al oficialismo, incluidas las seis que considera de “gestión” y quedarse con la mayoría –8 miembros de 15– en todas las comisiones. De las trece restantes, el radicalismo, que es la fuerza mayoritaria de la oposición, con 16 senadores, se quedaría con seis comisiones. Sin embargo, estaban en duda cuántas le corresponderían al interbloque del PJ disidente, que podría obtener entre cinco y cuatro presidencias.

Mientras seguían las reuniones, en un curioso comunicado, el senador del PJ disidente por Salta, Juan Carlos Romero, afirmó que “aceptaría la candidatura a presidente provisional del Senado”, cargo que nunca le fue ofrecido y que el radicalismo dijo que no reclamará para la oposición. Sin embargo, Romero insistió en poner en discusión el cargo que hoy ocupa el peronista José Pampuro.