El gobierno argentino advirtió que no permitirá que siga operando en el territorio continental o en su plataforma marina cualquier empresa que acceda a licencias de explotación en el área Malvinas otorgadas por el gobierno británico o sus súbditos isleños. Esta sola advertencia surtió efecto, al menos, en las formas. Ninguno de los consorcios operadores en Malvinas tiene actividad en suelo bajo administración argentina. Sin embargo, la poca monta de las empresas licenciatarias en Malvinas y las cuantiosas inversiones que les requerirá la tarea abren terreno a las sospechas. ¿Son Desire Petroleum, Argos Petroleum o Ro-ckhopper empresas con capacidad, por sí mismas, para encarar la exploración y explotación en aguas de más de tres mil metros de profundidad? ¿Cuál es la rara habilidad de gestión que poseen, como para haber conseguido créditos por decenas de miles de millones de dólares en apenas unas pocas semanas? La sospecha es que estas firmas sean simple pantallas de firmas tradicionales que, de esa forma, evitan ser sancionadas.