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Disfraz. Las tripulaciones de Aerolíneas Argentinas que en estos días llegaron a Madrid sumaron un compromiso fuera de los habituales: su presencia en la reinauguración de la oficina comercial de la empresa en la calle Princesa, en pleno centro madrileño. “El lunes a la mañana me tengo que volver a poner el disfraz”, le comentaba a uno de sus acompañantes el comisario de a bordo del vuelo que arribó a la capital española el sábado a la mañana, mientras cumplía con el saludo de rigor a los pasajeros que bajaban del avión. No era para regresar a Buenos Aires, sino para concurrir al acto que encabezó la presidenta Cristina Kirchner. Y ahí estuvo nomás ayer.

Sirenas. El ulular de las sirenas pasó a formar parte del entorno natural de la zona céntrica de Madrid donde están los hoteles en los que se alojan los presidentes que participan de la cumbre. De visita a la capital española, cada mandatario aprovecha para desplegar su propia agenda al margen del encuentro. Las comitivas van y vienen, en medio de un tránsito ya de por sí complicado, entre los madrileños que tratan de seguir con su vida como si no ocurriera nada.

Comunicaciones. Hasta el domingo a la noche los celulares funcionaron sin inconvenientes en el lobby del hotel en el que se hospeda Cristina Kirchner. Pero a medida que fueron llegando otros presidentes –en el mismo lugar se instalaron Sebastián Piñera, Lula y Fernando Lugo y se espera la llegada de Nicolas Sarkozy– empezaron los inconvenientes. Algunos dicen que al haber más gente el sistema de telefonía celular por momentos se satura. Otros, en cambio, aseguran que todo es obra de la seguridad, que bloquea las comunicaciones. Sea por una cosa u otra, comunicarse pasó a ser algo complicado.

Final. Carlos Bettini tendrá que esperar un año. Era la final soñada: el número uno del mundo contra el número dos; Roger Federer contra Rafael Nadal en la definición del Abierto de Madrid. El embajador argentino había conseguido entradas, pero la llegada de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le jugó en contra. Federer, que para delirio de los madrileños, perdió en dos sets a manos de Nadal, volverá en 2011 en busca de su revancha. ¿Tendrá la suya Bettini?