EL PAíS
Para quién es la ley
“Los principales argumentos desarrollados en los debates parlamentarios de los últimos años, tanto a nivel nacional como local, demuestran que, si bien la búsqueda de consenso puede ser positiva en tanto y en cuanto permite la sanción de leyes que de otro modo no serían aprobadas, el resultado podría ser contraproducente, dado que puede confundir los derechos involucrados y las opiniones de los distintos interesados”, señala el Banco Mundial. Como ejemplo, menciona “la preocupación excesiva” por el derecho de los médicos de no prescribir métodos anticonceptivos en contra de sus creencias, o “la inquietud” por el derecho de los padres de brindar la educación que consideran adecuada para sus hijos adolescentes libres de la intervención del Estado. Ambas posiciones “ignoran que una ley sobre salud reproductiva no está destinada a la protección ni de los médicos ni los padres, sino al amparo de los derechos reproductivos de los grupos más perjudicados de la sociedad”, señala el estudio. “Si se pone demasiado énfasis en la necesidad de amparar los derechos y deberes de otros sectores de la sociedad (que no son aquellos a los que la ley primariamente pretendió proteger), ello puede hacer que la ley se torne ineficaz e inútil para lograr sus fines propios”, advirtió el organismo. Para analizar este punto, las investigadoras analizaron las intervenciones de los legisladores en los debates parlamentarios de algunas leyes.