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Igual que en los años ‘80
Por Noam Chomsky
Cuando cualquier administración entra en funciones, lo primero que hace es pedir una evaluación mundial a los servicios de inteligencia: “¿Cuál es el estado del mundo?”. Esta es secreta y uno sabe de ella 30 o 40 años más tarde, cuando es desclasificada. Cuando la primera administración Bush entró en funciones en 1989, partes de sus evaluaciones de inteligencia se filtraron, y eran muy reveladoras sobre lo que sucedió en los 10 años subsiguientes precisamente sobre esas cuestiones.
Las partes que se filtraron aludían a confrontaciones militares con enemigos mucho más débiles, reconociendo que eran el único tipo que desearíamos enfrentar. De manera que en confrontaciones con contendientes mucho más débiles, Estados Unidos debe ganar “decisiva y rápidamente”, porque de otra manera el apoyo popular se gastaría, porque se sabía que era muy limitado. No era como en la década de 1960, cuando el gobierno podía llevar adelante una guerra larga y brutal durante años y años, prácticamente destruyendo un país sin ninguna protesta. No ahora. Ahora tienen que ganar. Tienen que aterrorizar a la población para que sienta que existe una enorme amenaza sobre su existencia, lograr una victoria rápida, milagrosa y decisiva sobre este enorme enemigo y marchar sobre el siguiente. Recuerden que la gente que ahora dirige el show en Washington es en su mayoría reaganitas reciclados, reviviendo esencialmente el guión de la década del ‘80.
En la década del ‘80 estaban imponiendo programas internos que eran bastante dañinos para la población general y que eran impopulares. La gente se oponía a la mayoría de ellos. Y la forma en que lograban meterlos por la fuerza era manteniendo a la población en estado de pánico. Así que un año era una base aérea en Granada que los rusos iban a usar para bombardear los Estados Unidos. Suena absurdo pero ésa fue la mentira de la propaganda y funcionó. Nicaragua estaba a “dos días de marcha de Texas”, un puñal apuntando al corazón de Texas, para tomar prestada una frase de Hitler. Nuevamente, uno pensaría que la gente se moriría de risa. Pero no lo hicieron. Eso se repetía continuamente para asustarnos: Nicaragua nos podría conquistar en su camino para conquistar el hemisferio. Se decretó una emergencia nacional por la amenaza impuesta por Nicaragua a la seguridad nacional. Asesinos a sueldo libios y narcoterroristas hispanos estaban recorriendo las calles de Washington para asesinar a nuestro líder.
Se invocaba una cosa tras otra para mantener a las poblaciones en un estado de permanente temor mientras ellos llevaban a cabo sus guerras antiterroristas más importantes. Recuerden, la misma gente declaró la guerra al terror en 1981, que iba a ser la pieza central de la política exterior de Estados Unidos enfocada primariamente en América Central, donde terminó matando a alrededor de 200.000 personas, dejando cuatro países devastados. Desde 1990, cuando Estados Unidos se hizo cargo de ellos, cayeron aún más en una profunda pobreza.
Ahora están haciendo lo mismo con el mismo propósito, están llevando a cabo programas internos a los que la población se opone fuertemente porque está siendo dañada por ellos. Pero el aventurerismo internacional, el invocar enemigos que están por destruirnos, eso es una segunda naturaleza, muy familiar. No la inventaron, otros han hecho lo mismo, otros lo han hecho en la historia, pero se convirtieron en maestros de este arte y ahora lo están haciendo nuevamente. No quiero sugerir que no tengan motivos para tomar Irak. Por supuesto que los tienen, motivos de largo plazo que todos conocen. Controlar Irak pondrá a Estados Unidos en una posición muy poderosa para extender su dominio sobre las mayores fuentes de energía del mundo. Eso no es pequeña cosa.
Pero tomen nota del momento elegido. Es llamativo que la propaganda de guerra comenzara en septiembre. ¿Qué sucedió en septiembre? Bueno, escuando comenzó la campaña para las elecciones legislativas y era seguro que los republicanos no la iban a ganar si permitían que las dominaran temas sociales y económicos. Saldrían aplastados. Tenían que hacer exactamente lo que hicieron en la década del ‘80. Reemplazarlos por temas de seguridad. En el caso de una amenaza a la seguridad la gente tiende a rodear al presidente, una figura fuerte que nos protegerá de horribles peligros. Es la dirección más probable que esto tomará, después de una guerra contra Irak, y posiblemente Siria.
Traducción: Celita Doyhambéhère.