EL PAíS › KIRCHNER EMPIEZA A PENETRAR EN BUENOS AIRES, CON RESISTENCIAS

Las puertas se van abriendo en provincia

Fue como la chica difícil, como esa novia que se niega y que actúa el no entre la duda y la seducción. Al principio, la provincia de Buenos Aires –el mayor distrito electoral del país, controlado con mano de hierro por el duhaldismo– fue un territorio esquivo para el candidato Néstor Kirchner. Por ese entonces, pese a las esforzadas declaraciones del Presidente, en el Conurbano se negaban a apoyar al patagónico. Pero luego de San Vicente, y a medida que se acerca la elección del 27 de abril, las resistencias parecen diluirse. La semana pasada, Hugo Curto y José María Díaz Bancalari le organizaron sendos actos a Kirchner en sus respectivos distritos: Tres de Febrero y San Nicolás. Entretanto, Carlos Menem –que el viernes desembarcó en Lomas de Zamora– concentra los esfuerzos de su campaña sobre la provincia más grande y poblada del país.
Las encuestas muestran un cuádruple empate, si se tiene en cuenta el margen de error, mientras que el número de indecisos comienza a bajar. Ante ese panorama incierto, los candidatos se concentran sobre los distritos prioritarios para una eventual victoria. Todos saben que el territorio bonaerense es fundamental y empiezan a actuar en consecuencia. Kirchner estuvo el lunes en San Nicolás –la segunda sección electoral– y el martes en el oeste del Gran Buenos Aires, que es parte de la primera sección y por eso ha decidido elecciones. Por su parte, Menem estuvo el viernes en el pago histórico de Duhalde, mientras que sus asesores decidieron reforzar la campaña electoral en la provincia.
Kirchner se reunirá mañana con el recién creado comando de campaña provincial. Lo integran los intendentes Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Julio Pereyra (Florencio Varela), el ex intendente de Avellaneda Baldomero “Cacho” Alvarez y el ministro de Trabajo provincial, Mariano West, quien hasta hace un año fue jefe comunal de Moreno. Se encontrarán con Kirchner en la Casa de la Provincia de Santa Cruz, donde definirán la agenda de campaña del patagónico. Además, propondrán al candidato que realice “otro tipo de actos” para “sumar a otros sectores de la sociedad”. “A los actos masivos hay que sumar reuniones con industriales, comerciantes y fuerzas vivas”, explicaba ayer a Página/12 uno de los miembros del comando de campaña bonaerense.
Los asesores de Kirchner tienen definida una estrategia para el tiempo que resta hasta el 27 de abril. Consiste en realizar uno o dos actos por semana en la provincia de Buenos Aires, pero sin descuidar algunas provincias del Interior, donde el santacruceño es menos conocido y Menem está más instalado. Ayer, sin embargo, mientras Kirchner encabezaba un acto en el Hotel Intercontinental con dirigentes y organizaciones sociales que lo respaldan y no pertenecen al PJ, su equipo se felicitaba por una encuesta que lo mostraba cuatro puntos por arriba del riojano. La provincia de Buenos Aires puede ser clave para mantener o ampliar esa eventual diferencia, que en todo caso debe probarse en las urnas.
Pero la disímil red de apoyos a Kirchner –que agrupa a duhaldistas históricos como el eterno “Manolo” Quindimil y a ex aliancistas como Rafael Bielsa– tiene también sus dificultades. Y las dificultades se dan especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde algunos caciques del PJ se encuentran ahora con los otrora adversarios del Frepaso. Los nuevos aliados aspiran a obtener cargos en la lista para diputados nacionales, y para los peronistas esa exigencia suena a un atrevimiento desubicado. El lunes pasado, en Lanús, Quindimil encabezó una reunión con intendentes y legisladores de la tercera sección electoral. Allí, el histórico intendente aclaró cuál es el espacio que piensan darle a la gente de Kirchner más sus socios frepasistas. “Le vamos a prestar la provincia, pero la boleta es nuestra”, remarcó Quindimil ante sus compañeros.
En algunos distritos como La Matanza, la convivencia entre duhaldistas y “kirchneristas” roza también los problemas de cartel. Aunque el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, es un buen amigo del candidato, ahora deberá competir por la intendencia con el senador provincial Luis “Negro” Ledesma, un histórico simpatizante de Kirchner en la provincia. La cuestión podría complicar la campaña del santacruceño en un distrito clave como Matanza. Sin embargo, Balestrini le organizará un acto el 11 de marzo próximo. Claro que a cambio espera un pronunciamiento a su favor.

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