Frío. El Salón Azul del Senado se vio poblado ayer por una gran cantidad de senadores vistiendo sobretodos. “¿Qué pasa que no funciona la calefacción?, ¿quieren que nos vayamos?”, preguntó, mitad en broma mitad en serio, el bonaerense Jaime Linares. A medida que pasaban las horas, los colaboradores fueron acercándoles a los legisladores sus abrigos hasta que Marcelo Fuentes le dio la palabra al penúltimo orador con el siguiente prólogo: “Veo que usted tiene su sobretodo puesto, senador Morales. Le pido que se apiade de los que estamos de saco y camisa y sea breve, por favor”. Envalentonado para disparar un duro discurso contra la expropiación de la ex Ciccone, al radical jujeño no le causó mucha gracia la sugerencia. “Bueno, voy a hacer lo posible”, dijo sin sonreír y arrancó.

Distancia. La posición de la UCR marcada por Ernesto Sanz despertó cierta susceptibilidad entre los kirchneristas. El mendocino dijo que querían “estar lo más lejos posible” del proyecto del Ejecutivo. Marcelo Fuentes le recriminó que los tratara como “leprosos” y que esperaba que no fuera por la nota del diario Clarín. Con el recorte en la mano, Fuentes leyó un tramo de la nota donde dice que los opositores se “arrepienten” de haber acompañado la estatización de YPF. Bajando el tono de confrontación, Sanz aclaró que la distancia no debía ser entendida en términos personales, sino políticos, y salió al cruce del diario: “No estamos arrepentidos de haber acompañado al Gobierno en YPF”, remató.

Acuerdo. Los senadores resolvieron un conflicto por la integración de las comisiones. El peronismo disidente había quedado sin representación en todas ellas, lo que arrastraba una queja permanente por parte del heterogéneo interbloque que componen Adolfo Rodríguez Saá, Juan Carlos Romero y Carlos Reutemann, entre otros. Tanto el oficialismo como la UCR acompañarán la ampliación de todas comisiones de 15 a 17 miembros, lo que producirá dos vacantes a cubrir por el PJ disidente.