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- ESTELA DE CARLOTTO*
No ayudan a pacificar

Los indultos presidenciales a Enrique Gorriarán Merlo y Mohamed Alí Seineldín constituyen una medida inconsulta y no contribuirán a pacificar el país. El argumento de Duhalde no tiene ningún asidero, y además no es la voluntad del pueblo el convivir con la frustración permanente de borrar con el codo lo que se firmó con la mano. La Justicia actúa, y luego se lo desconoce. Desde Abuelas no compartimos esto de los indultos, sobre todo así, como una teoría casi de los dos demonios nuevamente, porque indulta en general y con argumentos que no se sostienen. Que el Presidente diga que esto es para crear una pacificación, que esto forma parte de un pasado que ya no debemos recordar, es realmente de otro planeta. No representa, en absoluto, la voluntad del pueblo que lo constituyó en ese lugar.
Nosotras tenemos memoria y sabemos muy bien que otros gobiernos constitucionales dieron leyes de impunidad, como la de Obediencia Debida y la de Punto Final, y los indultos de Carlos Menem, que no contribuyeron en absoluto a que en la Argentina las cosas queden claras y con tranquilidad, todo lo contrario; cada vez se suman más voluntades para pedir verdad y justicia. La pacificación nacional se consigue con trabajo, con justicia social y con verdad, y la historia demuestra que este tipo de medidas sólo logra aumentar el desasosiego y la intranquilidad de un pueblo que se ve obligado a convivir con los que han cometido esos delitos, que ya fueron castigados por la Justicia.
Por otra parte, es muy lamentable que a pocos días de dejar su gobierno, Duhalde tome una medida que no fue ni siquiera consultada con el próximo presidente, que la desconocía. Néstor Kirchner, incluso, no está de acuerdo. No alcanzo a entender, no soy política tampoco, cuál es el argumento de fondo que hay detrás de esta decisión. ¿Le trae algún beneficio a Kirchner?
Desde Abuelas nos preguntamos por qué esta misma voluntad de Duhalde de presentar rápidamente su decisión acerca de los indultos no la tomó para exigir que los que saben expliquen dónde están los chicos tomados como rehenes y apropiados desde hace más de 20 años. Duhalde dice que con este indulto responde a pedidos internacionales y yo quiero recordar que Abuelas presentó decenas de cajas llenas de firmas pidiendo que se devuelva la identidad a los cientos de nietos apropiados y nunca se nos dio respuesta.

*Abuelas de Plaza de Mayo


- MABEL GUTIÉRREZ*
Mala palabra

La institución del indulto presidencial fue tan mal utilizada que para nosotros no puede menos que representar una mala palabra. En principio, con esos antecedentes no nos gustan los indultos como medida a tomar en general. En relación con estos casos en particular, la decisión de indultar en forma simultánea a Enrique Haroldo Gorriarán Merlo y al carapintada Mohamed Alí Seineldín es una reafirmación de la llamada teoría de los dos demonios, más exactamente porque la gente de La Tablada siempre sostuvo que lo que hicieron fue para oponerse y descabezar un golpe de Estado impulsado por un grupo de militares.
En cambio es sabido por todos que Seineldín y los carapintadas, lo que intentaron fue hacer justamente lo contrario, quisieron tirar abajo las instituciones democráticas mediante una acción golpista. Por eso nos parece que el hecho de dejar en libertad a los dos al mismo tiempo es un terrible error.
Por otra parte, nos alegra mucho que Gorriarán, que fue un gran militante, compañero de muchos de nuestros hijos, vaya a recuperar su libertad. Gorriarán fue secuestrado en México y trasladado a la Argentina de manera ilegal, y eso nunca se subsanó pese a los permanentes señalamientos de organismos nacionales e internacionales.
Además, el juicio que se le realizó estuvo viciado de irregularidades, Gorriarán no tuvo derecho a un juicio justo y nunca se le dio en ese marco el derecho a apelar en segunda instancia. Para los casos como el suyo, la Corte Interamericana ordenó dejarlos en libertad. Por eso es justo que Gorriarán quede libre.

*Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas