EL PAíS
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El legajo de Cabezas
El legajo sobre el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas que se encontró en el archivo de la Dipba tiene 154 fojas. La primera es un parte urgente del 25 de enero de 1997 a las 10.58 sobre el hallazgo “en camino de tierra automóvil incendiado y en su interior cadáver totalmente carbonizado”. Cuando el crimen ya era noticia pública y se empezaba a relacionar a la Bonaerense con el hecho, la Dirección de Inteligencia elaboró un informe sobre la revista Noticias y especialmente sobre la nota titulada “Maldita Policía”, que había sido publicada en agosto de 1996. En ese documento se identificaron a todos los periodistas y fotógrafos que trabajaron en ese artículo, así como al resto del staff de la revista. “Del análisis se desprende que Cabezas no figura como personal que cubriera la nota ‘Maldita Policía’, por lo que toda vinculación entre el hecho y efectivos policiales sería erróneo o en todo caso malintencionada”, concluyó rápidamente el agente que confeccionó el documento. “Se sugiere al respecto formular aclaraciones cuando las circunstancias lo requieran”, agregó. Otro papel recomienda que “atento a las características, connotaciones y trascendencias del hecho, la investigación se lleva a cabo a través de distintos grupos, abocados cada uno a una hipótesis particular”. Las hipótesis se dirigieron en tres direcciones:
- Causas particulares (pasionales, deudas, actividades extorsivas de la víctima).
- Laborales (investigaciones periodísticas de la revista Noticias, la víctima como responsable directa o indirecta o causas de orden político, gremial, sindical, empresarial, policial).
- Accidentales (que resultara víctima por error de identidad cuando en realidad el objetivo era otro periodista de mayor nivel).
En ese mismo documento se habla de la política a seguir en la interacción con los medios: “Mostrar en todo momento profesionalidad, disponibilidad. Aportar información y solicitar eventualmente colaboración. Despolitizar en la medida de lo posible el hecho circunscribiéndolo a un delito común”.
Nota madre
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