Lunes, 26 de enero de 2015 | Hoy
EL PAíS › MENEM, GALEANO Y EL ABANDONO DE LA PESQUISA
Por Ailín Bullentini
Inmediatamente después del atentado a la AMIA, la pista que involucraba al ciudadano argentino de origen sirio Alberto Kanoore Edul era una de las más fuertes. Según los datos, había llamado a Telleldín días antes de la explosión y tenía entre sus contactos al agregado cultural de la embajada iraní en la Argentina y a otro sospechoso, Moshen Rabbani. También existía el dato de la ubicación de un volquete en la puerta de la mutual judía minutos antes del atentado, propiedad de la empresa Santa Rita, que ese mismo día había ubicado otro volquete en la puerta de una de las propiedades de Kanoore Edul.
El 26 de julio de 1994, Galeano ordenó intervenir los teléfonos pertenecientes a Kanoore Edul. Días después sumó tres allanamientos a propiedades de esa familia. El 1º de agosto de 1994, el padre del sospechado fue a la Casa Rosada y se reunió con Munir Menem, quien por entonces era el titular de la Unidad Presidente y hermano menor del ex mandatario. Lo que se pudo reconstruir en la instrucción indica que, tras el encuentro, Munir Menem llamó a Galeano, quien interrumpió la investigación de esa línea “por motivos contrarios a derecho y destinados a sustraer de la investigación y de las consecuencias penales a Alberto Jacinto Kanoore Edul y a otras personas de su entorno que se encontraban sospechadas de haber realizado el atentado”, afirman desde el despacho de Lijo.
Tras ese encuentro, de los tres allanamientos sólo se concretó uno, mientras que las autoridades judiciales dieron por probados que los efectivos a cargo de esas acciones se comunicaron con Kanoore Edul para alertarlo. Galeano no volvió sobre esta pista. Los legajos de transcripciones de escuchas telefónicas que había ordenado, en tanto, desaparecieron. Lijo acusó a Menem de encubrimiento, falsedad ideológica, violación de medios de prueba y abuso de autoridad. Munir falleció. Galeano deberá responder por los delitos de encubrimiento, abuso de autoridad, prevaricato y violación de medios de prueba, mientras que Anzorreguy responderá por los de encubrimiento, abuso de autoridad y falsedad ideológica, lo mismo que su segundo, Juan Carlos Anchezar. Para el juez, el Fino Palacios encubrió, abusó de su autoridad y violó medios de prueba. Su par, el comisario Carlos Castañeda, también cometió falsedad ideológica.
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