Desde Moscú

En 1947 Evita estuvo en Europa durante 64 días. Pero no llegó a Moscú. Eso recién ocurrió ayer, cuando se inauguró la exposición Eva Perón, embajadora de la Paz, en el Teatro Histórico Estatal, en las inmediaciones de la Plaza Roja. “La historia sólo recuerda a los grandes; los mediocres pueden ocupar circunstancialmente la tapa de un diario, algún comentario en alguna radio, pero ya ni siquiera se los recuerda. Los grandes, sin embargo, ingresan a la historia y son recordados por todos los pueblos”, dijo la presidenta Cristina Kirchner en la apertura de la muestra.

Los vestidos que usó Eva durante su viaje: uno azul con flores de broderie blancas, otro de gala en marfil y rosa con apliques de pedrería. Un tren de metal obsequiado por ella a un niño que tuvo un accidente. Una medalla de la Fundación. Gigantografías con su imagen. Todo eso se puede ver desde ayer en Moscú, en el edificio que durante los años de la Unión Soviética fue el museo dedicado a Lenin y donde los niños a los diez años recibían el pañuelo rojo de pioneros.

La muestra se trajo a Rusia desde el Museo Evita, como apertura de las jornadas culturales con las que se conmemora en 2015 los 130 años de relaciones bilaterales entre Buenos Aires y Moscú. Junto a la Presidenta estuvo la ministra de Cultura, Teresa Parodi; la titular del Incaa, Lucrecia Cardoso, y la delegación completa que viajó para firmar acuerdos con el gobierno de Putin. Fue, entre los eventos del día, el que más prensa rusa e internacional convocó.

La Presidenta, que lució en la solapa una gran rosa, réplica de las que se identifican con Evita, que le obsequiaron en ese momento, contó que cuando se preparaba la muestra y se pasaban por las pantallas la voz y la figura de Eva, los obreros que participaban en el montaje paraban sus labores para escucharla y mirarla. “Sigue ejerciendo esa fascinación con el correr de los años y cada vez más intensamente sus palabras, sus ideas, sus gestos, sus acciones, sus convicciones, los derechos que dio a su pueblo siguen hoy más vigentes que nunca. Y junto a ellos, la belleza de una mujer que no creía que la revolución fuera incompatible con la condición femenina; la criticaron mucho por eso, cómo iba a ser revolucionaria alguien que usaba esos vestidos, alguien que usaba esas joyas. Nunca comprendieron, y lo que es mucho peor, hay algunos que aún siguen sin comprender”, aseguró.

Luego de recorrer la muestra, CFK dijo que parecía mentira que “aún después de haber partido, le tuvieran a esta hermosa y frágil mujer tanto miedo” y se contestó que “el ejemplo de Eva, dando su vida por su pueblo, era algo que había que ocultar. Pero aquí está, en Rusia, a años de su partida, los que la insultaron, los que la agraviaron, los que la desaparecieron durante tantos años nadie se acuerda de ellos y seguramente no serán homenajeados en ningún museo del mundo. Ese es el triunfo de esta mujer: a tantos años, que siga conmoviendo”.

La Presidenta agradeció a Rusia por recibir a Eva y por ubicarla en forma simultánea con otra exposición importante, la de la victoria sobre el nazismo, que se conmemorará en Moscú el 9 de mayo.