Las ex vedettes Moria Casán y Graciela Alfano y los ex futbolistas Mariano Dalla Libera y Sergio Goycochea se mezclaban en la carpa vip del bunker del Frente para la Victoria (FpV) con los funcionarios del gobierno bonaerense y algunos kirchneristas. Esa fue la postal de un Luna Park en el que desde temprano comenzó a llegar la gente, con la alegría bajo el brazo, aunque según fueron pasando las horas la intensidad fue bajando poco a poco. “Vamos a seguir la pelea hasta el final”, señaló a Página/12 la ex ministra de Defensa Nilda Garré, cuando todavía no había datos oficiales y se confiaba en una victoria un poco más holgada sobre el macrismo.

“El FpV sigue siendo la fuerza política más votada del país. Si vamos a un ballottage seguramente vamos a obtener una mayoría que nos acompañe”, aseguró el legislador porteño y ex canciller Jorge Taiana cuando todavía se especulaba con una ventaja de ocho puntos del candidato presidencial del FpV Daniel Scioli, sobre el de la alianza de centroderecha Cambiemos, Mauricio Macri. El ambiente en el bunker siempre se mantuvo dentro de la cautela, aunque con cierta seguridad sobre un resultado a favor. Para amenizar la espera la diputada Diana Conti conversaba con el actor Víctor Laplace y el legislador Jorge Aragón mientras degustaban la pizza. Dentro del estadio los militantes se acomodaron desde temprano para colgar banderas distintivas de las agrupaciones como el Movimiento Evita, Descamisados y las de algunos intendentes, pero el color naranja que eligió Scioli para distinguirse fue el que resaltó en la multitud. Gorros, remeras y banderas de la ola naranja salpicaron casi todo el estadio.

“¿Tenés algún dato concreto?”, fue la frase más escuchada entre dirigentes que no ocultaban su ansiedad, y que contrastaba con el desinterés que los famosos y sus acompañantes, más preocupados por el peinado o alguna prenda de vestir. Casán y Alfano se sacaban fotos junto a la ex pareja del futbolista Diego Maradona y la ministra de Economía bonaerense Silvina Batakis, ya confirmada también en el futuro gabinete sciolista si llega a la presidencia. La falta de información oficial y los datos que llegaban de la provincia de Buenos Aires, en donde ya se sentía que el peronismo perdía algunos bastiones como Tres de febrero o que Nuevo Encuentro perdía Morón, los dos a manos del macrismo, fue subiendo la presión del ambiente. “Bueno, pero todavía no hay nada oficial”, era la respuesta común con la que se intentaba esconder la sorpresa por los resultados que empezaban a llegar. “No te voy a decir nada”, fue la respuesta del sindicalista Omar Viviani, que se asomó junto a otros gremialistas por el Luna Park, pero rápidamente desapareció.

“Vamos a seguir la pelea hasta el final. Vamos a tener que esperar hasta último momento”, señaló Garré mientras salía de la carpa, ya con alguna idea de lo que estaba pasando con la elección del FpV. Sin dar demasiada bola, los invitados VIP se acumulaban alrededor de los mozos que repartían pizza y bebidas por el salón, mientras que por las caras de sorpresa los diputados, legisladores y funcionarios se destacaban con el teléfono en la mano. A esa altura ya había hablado Scioli en el escenario del Luna Park y había dejado en el aire la idea de que no alcanzaba para ganar en primera vuelta. En la catedral del boxeo la gente esperaba todavía contenta la segunda salida de Scioli, hasta que llegaron los primeros datos oficiales, que fueron un baldazo de agua fría. “Eligieron a la derecha después de todo lo que se hizo en estos doce años. ¿Qué fue lo que hicimos mal en estas elecciones?”, le preguntaba todavía incrédulo de lo que pasaba un muchacho con la remera de Evita a otro. Los invitados ya se habían ido hacía rato, pero los militantes salían con la idea de que en el ballottage con Macri estaba la última batalla.